Kajol.
Dos horas después mi suegra me ayudó, con una sorpresa que tenía preparada para nuestro primer aniversario, yo todavía tenía la esperanza que esto podría funcionar, por ello compre ropa íntima, hoy quería demostrarle que estaba dispuesta a todo por él, durante este año no hubo intimidad de ningún tipo, ni siquiera un beso y yo pensaba que eso era lo que quizá faltaba para mejorar todo, y yo estaba dispuesta a dar el primer paso, con la ayuda de mi suegra que era la única persona con la que contaba, salimos de compras al centro comercial, ella me aseguro que hoy Owen vendría a casa así fuera lo último que hiciera, ella obviamente sabía la relación que tenemos su hijo y yo, por lo cual ella estaba dispuesta ayudarme hacer todo lo necesario, la verdad parecía más interesada que yo, en hacer todo esto.
- Quizás quiera nietos ya – pensé para mí con una sonrisa en mi rostro.
De igual forma estaba muy feliz con que ella me ayudará.
Pasamos por una tienda la cual vendían todo tipo de sexy lencería, doña Clara me ayudo a comprar lencería roja con encaje y que dejaba descubierto mi cuerpo sin dejar casi nada a la imaginación, muy linda sí, pero también muy atrevida, todo el tiempo estuve roja como si me hubieran estrechado la cara con un tomate, aunque ya había leído varias veces libros de lujuria y sexo nunca lo había presenciado de tal manera que me involucre.
Estaba muy obsesionada con la llegada de Owen a casa y con lo que podría ocurrir esa noche, mi disposición estaba más que puesta, después de comprar muchas cosas en el centro comercial, fuimos de regreso a casa.
Al llegar mi alegría fue desbordante, al abrir la puerta y encontrar a Owen concentrado en su celular en la sala de la casa, su mirada ni siquiera se movía a nosotras mientras entrabamos, quizás su madre le dijo que estábamos juntas, porque se notaba muy tranquilo, no quise molestarlo y entre a la habitación con todas las cosas sin decir una palabra, no quería que él se diera cuenta o mirara todo lo que habíamos comprado.
Mientras mi suegra le servía un platillo especial que había preparado para celebrar con la esperanza que él volviera ese día, hice codillo de cerdo, que es una comida típica además una de sus favoritas.
Lo preparé especialmente para él, con carne de cerdo deshidratado y cocida al horno, y la acompañe con puré de guisantes, además prepare un rico postre que lo aprendí en línea y nunca lo había preparado y había leído que le encantaba, así que también prepare Berlinesa para que el estuviera aún más feliz, el postre es una masa dulce hecha de harina, leche, azúcar, manteca, huevo, levadura, esencia de vainilla, ralladura de limón y sal, es un dulce frito espolvoreado con azúcar glas.
Estaba tan feliz que estuviera aquí para nuestro aniversario, mientras mi suegra lo distraía con la comida, yo aproveche y en la habitación arregle todo para ponerme muy linda y sexy, me humecté la piel me puse la lencería que habíamos comprado, me maquille un poco, solo para verme un poco más madura y me recosté en la cama con mi cabello rizado suelto, sentí como la puerta se abría y él entró, por un momento quedó atónito mirándome, su mirada se posaba en mi con los ojos bien abiertos, y yo sentía que mi cuerpo se tensaba sobre la cama y mi cara se ponía rojo sangre, por lo tímida que me sentía en ese momento, mi respiración aumentaba y descendía sin permiso y mi corazón taladraba con sus latidos mi cabeza, nunca había estado con nadie, ni siquiera un hombre se había atrevido a tocarme o mirarme de la manera que él lo hacía en ese momento.
Owen
Cuando llegue ella me abrazó y de inmediato me aleje, como se atreve abrazarme, quien es ella para darse semejante confianza conmigo, mi madre reacciono al instante, diciéndome que se iría un rato con ella a comprar algunas cosas que después volverían, me llevó aparte y me dijo.
- Más te vale que cuando volvamos estés aquí o te arrepentirás, como que soy tu madre - me miró irritada.
- No te preocupes madre, hoy todo acaba – le dije con la alegría que me hacia el que hoy todo se acabará y volverá a la normalidad.
Aproveché mi estadía solitaria y trabaje un poco, mientras ellas salían de casa, revise algunos correos y deje algunas cosas al día, para en la noche celebrar que mi vida volvería hacer normal.
Cuando llegaron yo estaba hablando con Sofía, ella estaba tan feliz que hoy le hubiera escrito para que fuera mi acompañante, sentí la presencia y la mirada de ella sobre mí, pero ni me inmute en lo que estaba haciendo.
- Mi madre me invitó a la mesa dándole una mirada a ella, que de inmediato y sin mirarme se fue a la habitación, mi madre me llamó y me senté en mi lugar de la mesa, mi madre me sirvió una cantidad de platos, que quede impresionado solo el olor alteraba mi apetito, está… está delicioso, saboreaba mientras agradecía a mi madre, no sabía que comer primero, comía por espacios, quería probar todo lo que estaba allí, mi comida siempre era llevada por la secretaría o cuando tenía que salir alguna reunión con algún socio comíamos en un restaurante de gama alta y estrellas Michelin, pero las comidas de estas casa siempre eran de otro mundo.
- Te lo preparo tu esposa – dice mi madre, sacándome de mi mundo y me detengo inmediatamente, la miró arrugando el entrecejo.
- ¿No lo preparaste tú? - le pregunto algo confundido, de verdad pensaba que era mi madre la que siempre cocinada, sabía que algunas veces era ella, pero en realidad todo el tiempo había sido ella, quería pensar que mi madre preparo esto para celebrar conmigo que hoy por fin termina el acuerdo de esta farsa de haberme casado con esa mujer.
- cocina muy bien - fue lo único que pude decir sin ninguna expresión, antes de seguir deleitándome con todo lo que había preparado para mí, después de todo la comida no tiene la culpa, estaba muy satisfecho ahora estaba feliz, me dirijo a la habitación, no agradecerle ya que era su único trabajo, mantenerme feliz, solo después de semejante festín solo quería descansar, pero cuando entro a la habitación la miro recostada en la mitad de la cama de lado mirándome con una lencería sexy, y su piel brillaba de por sí sola, nunca la había visto así, pero podía notar por el rojo de su cara, que era la primera vez que alguien la miraba en tal aspecto, ¿acaso esta mujer era virgen?, no lo podía creer, era una mujerzuela de seguro había estado con muchos hombres, pero aun así mujerzuela o no soy hombre no me pude contener al verla vestida de esa forma, se miraba diferente, por un momento me quede en un estado de shock observándola pero luego se convirtió en lujuria solo quería poseerla.
Me acerque lentamente a ella y fui subiendo mi mano por su pierna sin perder de vista su cuerpo, realmente tenía un cuerpo increíble, pero mientras más subía mi mano más roja se ponía no aguante y me arroje sobre ella, del cual ella pego un gritito pequeño por la sorpresa, no sé si por susto o por pasión, igual no me importo solo quería tener sexo con ella, después de todo, mañana le pediría el divorcio, sería una muy buena despedida, sabiendo que no tenía a nadie, le daría una muy buena compensación por la que viviría muy bien y cómoda durante mucho tiempo y después no la conocería si la volviera a mirar.
Shaira.
Sentía mi corazón latir a mil por minuto, pensé que en cualquier momento saldría de mi pecho, cada tocada que él me daba era fuego para mi cuerpo, cada parte por la que pasaba su mano era una sensación nueva para mí, esa sensación jamás la había sentido, él me deseaba lo podía mirar en sus ojos, que estaban oscuros por el deseo, por primera vez me tocaba y sentía que por fin sería suya y el mío, por fin mis sueño se realizaría, estaba muy asustada la verdad era mi primera vez y aparte de los consejos que mi suegra me dio, no tenía mucha experiencia en esto pero él sí, siempre estaba informada por mi abogado, y noticias que me enviaba y circulaban por las redes sobre la vida de Owen, pero el saber que al final sería mío nada me importaba, aun no entendía por qué me ocultaba de su vida real, pero qué caso tenía, yo también le ocultaba la mía así que no venía al caso culparlo por secretos, si el mío era aún más grande, cerré mis ojos y pegue un grito apenas lo sentí encima de mi cuerpo, mi cuerpo temblaba, la verdad tenía mucho miedo y no sé porque si era lo que yo quería, él se detuvo por un momento y tomando mi rostro me dijo.
- ¿Acaso eres virgen? – esto me lo dijo en un tono tan suave que jamás me había hablado de esa forma, tan dulce haciendo abrir los ojos con más confianza, pero me puse tan roja que no sabía si mi rostro iba a explotar de la vergüenza.
- Si - le dije casi en un susurro, él me miró directo a los ojos y me beso con tal pasión que jamás lo había hecho era en realidad, nuestro primer beso después de un año de casados, en ese momento no pude definir que sentía, amor, pasión, deseo, no podía definir mis sentimientos mi corazón parecía explotar en cualquier momento y mi cuerpo no dejaba de temblar debajo del suyo cerré mis ojos para sentir mejor placer del que sentía al ser tomada por sus labios carnosos que hacían llevarme a la locura, debía separar esa rara sensación que me cohibía en mi pecho, él es mi esposo y estaba decidida y dispuesta hacer suya, nuestras lenguas danzaban como bailes de tribus, en un momento se separó de mi por falta de aire y luego se levantó abruptamente de mi cuerpo, estaba confundida todavía temblaba por los espasmos que sentía por todo mi cuerpo.
- Lo siento de verdad quiero, pero no puedo – me dijo mientras acomodaba su ropa, eso me dejó pasmada pensé que estábamos en la misma sintonía, pero al parecer no, esquivando mi mirada salió de la habitación lo seguí, pero había salido de la casa no sabía lo que pasaba y mis lágrimas simplemente bajaban como torrentes por mis mejillas, mi suegra salió inmediatamente al escuchar cerrase la puerta, al verme tirada en el suelo, me abrazó y me dijo.
- ¿hija que paso? - No le pude responder simplemente tenía un nudo en mi garganta, pero logré preguntarle a mi suegra.
- ¿Tan mala mujer y poco atractiva soy? - ella se quedó mirándome sin saber qué responder, no espere a que me dijera nada y corrí a la habitación, pensé que por fin todo sería normal para nosotros, pero me equivoque, me consolé diciéndome que al menos me había besado, sé que me desea, pude sentirlo, algún día lograría que él me amara en todo el sentido de la palabra y me hiciera suya no solo una vez si no todas las veces que él quisiera.