El compartir la comida en la mesa, se volvió el ambiente muy tenso entre los dos, Shaira ya no tenía apetito, si no fuera por su ruidoso estomago ya no comería, solo podía mirara disimuladamente al hombre frente a ella, que estaba sin camisa, y sus fuertes pectorales, la llamaban hacia el pecado, - No Shaira Mcleenk, debes contenerte, ese hombre tiene novia y quizás es hasta su prometida, no puedes pensar en el de forma pecaminosa, sal mal pensamiento de mi – pensaba ella mientras revolvía una y otra vez la cuchara en su plato Andrés miro a su mujer perdida en su propio mundo, y formo sus labios en una pícara sonrisa de forma invisible, el hombre siguió comiendo silenciosamente, provocando sensaciones más intensas en la mujer con cada acto que hacía, a Shaira le parecía más sex

