—Nos vemos demasiado bien— La escucho decir a mi oído en medio de gemidos cuando mis embestidas son cada vez más profundas. Sus manos están enredadas en mi cabello provocándome un poco más, y me detengo un instante para mirar hacia el techo y sonreír al ver de lo que habla —Estamos hechos el uno para el otro— Pronuncio y sin que se lo espere, salgo de ella por un momento, y hago que giremos en la cama para que ahora ella quede encima de mí y sea yo quien tenga la vista al techo. —Tramposo— Se queja divertida. —Quiero disfrutar del espectáculo, ¿Qué tal si tomas las riendas?— Le propongo y en sus ojos veo esa mezcla de deseo y timidez que es capaz de desarmarme por completo. —Reto aceptado— Declara y se arrodilla apoyándose a cada lado de mi cuerpo. —Que hermosa y sexy eres— Digo prov