[Amelie] No puedo dejar de ver la pantalla del teléfono y no puedo creer cómo fui tan despistada para no fijarme lo que envié. Mi nombre gritado desde el segundo piso retumba en mi cerebro y hace que un escalofrío recorra todo mi cuerpo. «¡Maldita la hora en la que metí a Julien al grupo!», me lamento mentalmente, pues de no estar en el grupo, simplemente habría sido un error divertido, que tendría solución o por lo menos él no se enteraría. El cuchicheo de los chicos llama mi atención, pues parece que todos están conmocionados con la imagen. «¡Me va a matar!», pienso, cuando escucho cerrarse la puerta de un golpe y unos pasos fuertes, poniéndome en alerta, pues eso solo podía significar, que Julien viene en mi búsqueda. —¿Tú tomaste esta foto? —me pregunta Michel, mientras no deja