Me quedo perpleja en la cocina, mientras lo veo ir escaleras arriba. De repente pega un grito de frustración, seguido de uno asustado de Michel, lo que me hace soltar una carcajada, pues estoy segura de que no recordaba que ella está en su habitación. —Merde! ¡¿Qué demonios te pasa?! —le pelea Michel desde el interior de la habitación. —¡Por lo menos vístete para hacerme reclamos! —replica Julien con notorio mal genio. —¡Pero tú estás igual! ¿Por qué debo vestirme yo y tú si puedes seguir así? —contesta ella y yo no aguanto la risa, pero sigo prestando atención a su pelea, pues está muy divertida. —¡Esta es mi habitación! —grita frustrado. —¡Pero yo estoy en ella, así que te esperas a que salga! —le dice amenazante y lo escucho bufar. Por detrás de Julien pasa su amigo, quien t