Todos al carajo.
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—Vamos, no voy a dejar que te ahogues…¿Confías en mi?.
Melisa asintió y tomó la mano de Moisés, bajó el último escalón de aquella alberca y respiró hondo mientras se sujetaba de sus hombros.
—No es tan difícil, solo mueve las manos y los pies, no te asustes, de lo contrario vas a hundirte.
—¿Qué no me asuste?, eso es algo fácil de pedir cuando ya sabes hacer una cosa.
—Solo piensa que es como….aprender a caminar, vas a caerte, pero tienes que continuar, después será pan comido, ya verás.
Mientras tanto Murat miraba como Melisa estaba tan cerca de ese sujeto, no le gustaba, sentía que algo se revolvía dentro de él y tenia ganas de gritar, tenia ganas de golpear algo, tenia ganas de ir por Moisés y sambutirlo bajo el agua hasta que dejara de moverse.
—¿Po
