Después de pasar unos días increíbles en la ciudad, venimos de regreso al castillo. —¿Por qué vienes tan callada, Mo gràdh? —me pregunta Donnan tomándome la mano. —¿Qué quiere decir, Mo gràdh? —cuestiono. —Nada malo, te lo aseguro. —¿Y si no es malo, por qué no me lo dices? —Mi amor, eso quiere decir —contesta—. Ahora responde a mi pregunta. Escuchar que me ha dicho mi amor, me llena el corazón, aunque no debería reconocerlo, esté malhumorado me tiene completamente en sus manos. —Estoy preocupada, no quiero ocasionarte problemas con Ciara. —Siempre tengo problemas con Ciara, así que no te preocupes por eso, además vamos a ser muy cuidadosos, claro, si tú quieres que sigamos juntos. —Tendré que pensarlo —bromeo. Se detiene abruptamente a la orilla de la carretera. —¿Donnan estás