Después de llorar por unas horas, al fin logro tranquilizarme. Me considero una mujer fuerte, pero creo que en algún momento llorar ayuda a empezar de nuevo, con energías renovadas; como dice mi madre, llorar purifica y renueva el alma. Miro el reloj y me doy cuenta que ya van a ser las 10, pero no tengo ánimos de salir y mucho menos de ver a Donnan de nuevo, sé que él no tiene la culpa y yo sabía lo que nos esperaba al volver, pero en este momento, mis celos no me permiten pensar con claridad. Voy a la puerta y pongo la cadena para que no se pueda abrir por fuera, me lavo la cara, me pongo la pijama y me voy a dormir. Suena la alarma de mi teléfono temprano y me levanto sin muchas ganas. Me doy una ducha y me preparo para ir a desayunar. El comedor ya está bastante lleno, así que to