La tensión en el aire era palpable, casi como si pudiera cortarse como la mantequilla. Minerva tragaba saliva nerviosa ante la incómoda situación; Bianca le lanzaba miradas inquisitivas que la hacían poner inquieta, Stefano miraba a Nicholas y viceversa. Entre ellos creció la rivalidad inmediata; uno por motivo de los celos y el otro, por el daño que le había hecho a su "Mini". El niño era el único que miraba a todos con curiosidad, sin conocer a los otros dos que tenía enfrente. —¿Podría hablar contigo, Minerva? —Habló de pronto Bianca, sin soportar más la tensión o la incertidumbre—. A solas. Esta se sobresaltó y miró a Nicholas, como si en su cara estuviera escrita la respuesta. Este asintió, no muy convencido y Stefano le dirigió una mirada de odio. ¿Quién era ese sujeto, del