Antes del amanecer, el día iniciaba.
La puerta trasera del palacio se abría para darle el paso a una carreta custodiada por cuatro guardias, los ingredientes como leche, huevos y carne, se compraban por la mañana. Los encargados del depósito abrían los anaqueles buscando harina y mermeladas, los cuidadores del invernadero tomaban las verduras y todo era llevado a la cocina.
Para que el desayuno fuera preparado, el cocinero principal debía tener el menú elaborado desde el día anterior, de esa forma cada persona sabía qué ingredientes llevar y en qué orden serían preparados los platillos, más tarde las mucamas los llevaban en bandejas a las diferentes habitaciones.
Poco después iniciaba la limpieza, los horarios de cada ala eran diferentes y al terminar, era la hora del almuerzo, el proce
