Los divorcios eran difíciles, más para una mujer sin apoyo familiar ni hijos, el divorcio representaba el final del mundo tal y como lo conocía y la pérdida de todo aquello que la sustentaba. Pero en algunos casos, el matrimonio era peor que el infierno. – ¡Auch! – Alteza, lo siento – exclamó la enfermera y bajó las rodillas Jonás se lesionó el brazo durante la práctica y la enfermera aplicaba ungüento, el ardor era parte del proceso – estoy bien. – Clara – llamó el médico imperial y vio a su esposa en el piso – alteza, me disculpo, ella es bastante torpe, me encargaré. – Estoy bien, ella puede continuar – dijo Jonás, no le agradaba el doctor y caerse durante la práctica ya era humillación suficiente, el médico y su esposa lo estaban haciendo peor. La enfermera se levantó y se movió