Silvana levantó su falda para correr por el pasillo, después de varios minutos y de ahogarse en llanto, Elsa pudo articular una frase completa y decirle lo que sucedió. Flora estaba muerta, movió la cama, le quitó la sábana y la ató a la parte superior de los barrotes, justo encima del arco formado por la puerta, ató el otro extremo a su cuello, dio un paso fuera de la cama y quedó colgando cerca de la puerta. La mujer de cabello ondulado, con el peinado tan recogido que era difícil notarlo, un vestido marrón de cuello alto con los botones muy bien ajustados, la sonrisa tranquila y las manos al frente en una postura perfecta, siempre hablando con gentileza. Así fue como Silvana conoció a Flora Salvoni, aquella tarde la mujer irradiaba una confianza y encanto mezclados con un ambiente re