Sofía usaba el piano como pasatiempo, colocaba los dedos en una escala y los presionaba repetidas veces, después subía sin dejar la escala y terminaba con una melodía festiva y alegre que no tenía acomodos, pero que le sacó una gran sonrisa. Evelyn soltó un bufido y a su lado, la santa Agustina aplaudió, el sonido de sus palmas fue acompañado del resto de las invitadas. Evelyn amaba a su abuela, era una mujer dulce, tranquila, elegante y hermosa aún con las arrugas en rededor de sus ojos, el problema, era su naturaleza amable, todas las actuaciones las aplaudió con el mismo entusiasmo y eso hizo que las personas a su alrededor también lo celebraran. Era difícil destacarse, cuando todas las participantes recibían las mismas palabras de alabanza de parte de la madre del emperador. Sofía