El duque Aldrich miró a su esposa y ambos acordaron dejar la discusión para más tarde – en una de sus cartas el duque de Diana menciona un tesoro y una deuda, la emperatriz está dando largas a este asunto, creemos que es una compensación que el duque pidió y que la emperatriz se he negado a darle y la palabra clave es esta – señaló una carta transcrita – Dalia. – ¿Qué significa? – preguntó Gideon. – Creemos que están hablando de la hija ilegitima del emperador – respondió el señor Aldrich. Muy pocos sabían que el emperador le fue infiel a su esposa o que había una hija que se presumía viva, sin embargo, hasta ahí llegaba la información, de aquella joven nada se sabía. – De acuerdo – dijo Gideon pensando en voz alta – crees que la hija del emperador está escondida en un depósito y mamá