La señora Ana Villegas, esposa del conde Taylor Ramses continúo llorando, aferrándose al brazo de Alanís y mirando el ataúd sin comprender por qué era su hijo quien estaba dentro del ataúd. No había palabras correctas para consolarla, solo personas caminando hacia ella, brindándole sus condolencias y alejándose para que la fila continuara. Los arreglos los hizo el marqués, fue él quien escogió el ataúd, apartó la iglesia y la decoración, todo para despedir a su nieto. Y al caer la tarde fue llamado al juzgado para reunirse con un hombre, el duque de Diana. Como investigador, el duque era un hombre muy astuto, su territorio tenía la tasa de crímenes resueltos más alta y era quien después de meses de investigaciones y teorías, descubrió el fraude del duque Santes. – Excelencia. – Gusto