Elsa miró por la ventana – el barón Salvoni llegó – continuó mirando – ¡esa es Flora! – se paró sobre las puntas de sus zapatos para verlo, Flora Salvoni abrazaba a esposo – estoy de acuerdo en que él venga, pero ella, ¿qué está haciendo? Silvana se paró a su lado y también observó – imposible saberlo, el sentido común deja de funcionar con esa mujer, vamos. El día anterior Jonás estuvo de acuerdo en usar al barón Salvoni por su relación con la muralla, pero esa fue toda la cortesía que obtuvo, temprano por la mañana salió y ya era el medio día. Silvana estaba sola, recibió al barón en el comedor del primer piso y esperó. – ¡Alteza! – Barón, muchas gracias por aceptar mi invitación. Flora dio un paso al frente – alteza, muchas gracias por esta oportunidad, estaba muy feliz de recibir