Antonio Salvoni se sintió particularmente inútil, y fue así el año anterior, debido al clima frío y a un fuerte dolor en la pierna, le era difícil moverse, caminaba lentamente y llegaba tarde a las reuniones. Le dio un pequeño golpe a la prótesis y un segundo golpe más fuerte, después se levantó y tomó un grueso abrigo para cubrirse, los inviernos eran muy fríos en la muralla, la tierra era dura, las cosechas se perdían por las heladas y estaba oscuro la mayor parte del día. Pocas personas elegirían mudarse a la muralla, preferían marchar al sur, a tierras más cálidas y bajo las órdenes el emperador, por eso era una suerte tener al duque Aldrich. Abrió la puerta y sorpresivamente, vio al duque en personas – excelencia. – Me dijeron que se retiró temprano anoche, ¿se encuentra bien? – s