La tormenta se alejó y el clima se volvió ventoso. A la hora del banquete Jonás bajó por su cuenta y Silvana lo hizo minutos después. La comida tuvo un sabor agrio, tanto para Evelyn que deseaba ver muerta a Cecilia, como para Silvana que se sentía agobiada y después de dos bocados, tomó una copa y cubrió sus labios. Más tarde llegó Cecilia, el banquete fue hecho en su nombre, pero después de una semana de viaje caía sobre la cama y no había poder humano que la levantara durante las siguientes quince horas, Gideon tomó su mano para presentarla con Evelyn y Silvana – altezas, ella es la señorita Cecilia Parson. – Es un placer conocerlas, altezas – dijo ella con una reverencia. – ¿Señorita? – dijo Evelyn de pronto – no está casada, pero, su edad – la miró de arriba abajo. Cecilia sonri