Tempestad volvió al palacio de la luna y miró a Primavera que aún revisaba el espejo – ¿pasó algo en mi ausencia? – No demasiado – respondió Cuervo – encontramos otras tres ubicaciones, al parecer había dos suminas empeñadas en encontrar a sus compañeras, las demás, tenían otros intereses – se encogió de hombros. Tempestad no leía pensamientos y no comprendió el mensaje. E Inocencia fue quien le dio el contexto – compraban roba, bueno, en realidad se la robaban, zapatos, joyas, iban a hacerle creer a la diosa de los Manantiales que era necesario para su misión. – No las juzgues, sin alguien más alrededor, ellas fueron el desahogo de Manantial durante todos estos años – dijo Tempestad y después de decirlo se sorprendió – ¿qué acaba de pasar? Primavera, Inocencia y Cuervo la miraron sin