Alexa no quería parecer una persona lamentable, sucedió que estaba enojada y la maleta muy pesada – gracias – anunció secamente hacia Guerra después de verlo acomodar su maleta al final de los escalones.
– ¿Dónde te quedarás?
– Aún no lo sé – se mordió el labio.
Guerra miró las maletas y las bolsas – había cosas tuyas en el baño.
– Ya las guardé – lo interrumpió.
– Sí quieres quedarte un par de días hasta que encuentres un lugar puedes hacerlo, no planeo regresar.
Alexa pensó en todas las veces que recibió esa amabilidad y se sintió infeliz por ello – no hace falta, pondré mis cosas en el estanque mientras tanto – la idea apareció de pronto y alzó la mirada – ¿lo sabías?, ¡qué yo era invierno!
Guerra negó con la cabeza – sabía que venías de Verium, igual que yo, pero eso era todo.
