– Dijiste que no estarías en casa, por eso vine – dijo Alexa y se lamentó – yo… – Lo siento – la interrumpió Guerra – el plan era irme hoy mismo, tuve un contratiempo – buscó las llaves en sus bolsillos – la casa es tuya – y las arrojó. Alexa atrapó las llaves en el aire sintiéndolas extremadamente pesadas, no encontró en dónde alojarse y fue allí porque más allá de lo que sentía, de la frustración por sus vidas pasadas, por las mentiras o por lo que representó Verium en su vida, y de lo mucho que deseaba dejar todo atrás y volver a una normalidad sin dioses ni demonios, esa casa sin macetas y llena de libros, fue el único lugar seguro en su mente, el sitio al que quería volver – siento que te estoy apuntando con un arma para robarte – caminó hacia él para tomar su mano y le regresó las