Linus extendió su pata delantera para tocar la rodilla de Alexa y estiró su nariz, el destello que apareció en el aire fue muy claro, en su vida anterior jamás lo vio, porque ella no era la invocadora, pero imaginó que siempre estuvo ahí, visible para los ojos que podían mirar, el poder de un elemental. Su mano se cerró apretando el brazalete con una fuerza sobre humana que no era suya y el brazalete se rompió en pedazos. Lo que apareció a continuación fue una serpiente real, verde y cubierta de heridas que emergió del brazalete, saltó hacia un extremo y se arrastró por el suelo intentando alejarse, pero el círculo se lo impidió, Dominick caminó con un bastón largo en la mano y la serpiente lo usó para enrollarse y descansar en la esfera verde del bastón. – ¡Qué! – exclamó Alexa – ¿qué