Narciso me besa de manera cariñosa, traza una línea de besos que comienza en mi pecho y baja hacia mi abdomen, se demora demasiado y forma un círculo en rededor de mi ombligo con los dedos. Hemos hecho esto muchas veces, las suficientes como para que ahora yo esté embarazada, pero… se siente diferente, algo en su forma de mirarme ha cambiado, ¡es porque ahora tendremos hijos! Su ilusión me duele, porque si algo sale mal y no podemos protegerlos, él también los perderá. Su mano acaricia mi mejilla. – Romperé tu corazón – no tengo dudas, lo planee o no, destrozaré su mundo como siempre hago porque esta es mi forma de ser, jamás le di a Narciso razones para amarme, lo insulté, golpeé, le mentí y lo traicioné. Su mirada es profunda – hazlo, es tuyo para romperlo, pero no me dejes. ¡Vaya

