Capítulo 36 Desesperada Narra Mariana Es una mañana tranquila, incluso el sol ha salido más temprano que de costumbre, voy conduciendo mi pequeño auto eléctrico para ir en búsqueda de la señora Rodriguez quien es como mi segunda madre, desde que Emma se fue en búsqueda del amor, esos dos señores han Sido la alegría de mi aburrida y predecible vida. Llegó a su casa bien temprano porque al recibir sus sesiones de quimioterapia en un hospital público debe estar antes de la hora indicada para poder hacer la fila y esperar su turno, la verdad a mi no me molesta acompañarla, de hecho, me gusta estar al pendiente de ella, pero ¿de qué me sirve tener mucho dinero sino puedo ayudarla cuando más lo necesita?. Así son los Rodríguez, tercos y Orgullosos, sobretodo Emma y su mamá, de ellos