Está última semana juntos ha sido maravillosa; parece ser que cuando creo que ya no puedo amarla más, ella me prueba lo contrario. Cada segundo que paso junto a ella la amo más, cada caricia es más intensa, cada beso nos hace desearnos más; si antes no podía vivir sin ella ahora mucho menos. La observo saliendo del mar junto a Saraí y Francisco, y solo puedo pensar en el día que seamos padres. —¿Por qué no has venido al agua con nosotros, cariño? —me pregunta mientras se sienta a mi lado y los niños juegan en la arena. —Me quede aquí tomando sol y pensando en nosotros —le respondo con una gran sonrisa en mi rostro. —¿Así que pensando en nosotros? —indaga de una manera sensual—. ¿Y qué tanto pensabas? —cuestiona. Solo puedo intentar controlarme y pensar que mis sobrinos han venido a pas