Nicolay Comenzamos las negociaciones con una partida de póker y a medida que avanza el juego, vamos haciendo preguntas capciosas para obtener lo que necesitamos, en paralelo, ha llegado el momento de que mis hijas hagan su espectáculo, el cual sé odiaré profundamente ver. Hacen el anuncio, ellas aparecen en tarima con un par de piezas que apenas y cubren lo necesario en sus cuerpos y bebo tres tragos seguidos de vodka para mantenerme sereno, como todos están pendientes de lo que ellas hacen, procuro mirar hacia los lados y concentrarme en otros pensamientos para evitar un desastre conmigo. Ver cuánto han crecido mis hijas y saber que físicamente ya no son mis niñas es difícil para mí, lo peor es tener que verlas montadas en un tubo haciendo unos movimientos que, si fuese cualquier otra m