Gerard Llevo treinta años esperando este momento en un silencio abismal, desde hace un año que vi su fotografía en un bar de Brindisi; Italia, supe que era ella, quedé tan impactado al verla que debí asesinarlos a todos para obtener la fotografía. Me pasé toda la noche observándola en silencio detallando cada rasgo de su ser, era bellísima, conservaba su cabellera negra, labios rosados, un cuerpo de mujer que era de envidiar y parecía tener una buena vida, aun cuando vestía prendas sencillas, también, su característica mirada era más oscura que antes y sus ojos habían cambiado ligeramente, pero no su esencia. Era ella, no podía equivocarme. Estuve investigando con varios contactos para saber si alguien la conocía, pero nadie logró darme información hasta que llegué a Ucrania meses desp