Bajo las estrellas titilantes y el sonido del mar . . .
Sentía que mi corazón realmente iba a explotar . . .
Todo parecía ser perfecto, pero algo no se sentía bien . . .
Era mi culpa haber decidido llegar tan lejos . . .
Definitivamente no lo detuve a tiempo, pero había algo haciendo estragos y generando cambios irreconocibles en mi interior . . .
Pedro se acercó a mí, pero se detuvo a cierta distancia . . .
Me miraba como esperando mi consentimiento verbal para acercarse . . .
Lo que menos quería, era que llegáramos a este punto . . .
- Pedro, sabes muy bien que no necesitas mi permiso para tocarme . . .
En ocasiones te considero como mi musa . . .
¿ Como dudas en hablarme o en abrazarme ? . . .
No deberías cambiar tu forma conmigo o de lo contrario me voy a enojar contigo . . . -
Le sonreí juguetonamente . . .
No puedo negar que estaba nerviosa, pero estaba segura que no podría confiar mi vida a otra persona más que a mi mejor amigo y eso lo confirme al conocer a ese chico guapo y poderoso que vivió siempre en mi mente y corazón, pero que ahora sentía que quizá no sería el indicado para ser mi compañero de vida . . .
Es más, dudaba que pudiera ser un socio las adelante . . .
Pedro se acercó y su aliento me hizo cosquillas en el cuello . . .
Solo en ese momento, fue que supe que ahí, era donde quería y necesitaba estar . . .
Mientras me paro entre sus piernas, sus ojos se sentían fascinantes y no podía apartar la mirada de la suya . . .
- Siempre lo he dicho . . .
Eres genial manteniendo el contacto visual . . . -
Solo sonreí ante sus palabras, viniendo de él para mí, eso era un cumplido que en realidad me gustaba mucho . . .
- Y como siempre te he respondido . . .
Me la estás poniendo fácil . . . - Solté con una amplia sonrisa en sus labios, pero sus manos removiendo sus dedos sobre mis caderas sin permiso me daban escalofríos y él pudo notarlo . . .
- Ah, ¿ No estás intimidada por mi en absoluto ? . . .
¿ Ni siquiera un poco ? . . . -
Sus mares oscuros eran brillantes bajo la luz tenue del nocturno cielo . . .
- ¿ Debería estarlo ? . . . - Pretendí seguir su juego . . .
Su mirada me cubrió intensamente . . .
De alguna manera, sentí el aire más pesado cuando me miraba así . . .
De una manera que me dejaba nerviosa y sin palabras . . .
No quería sentirme así de nuevo, no quería entrar en ese trance seco verbal en el que me encontré cuando estuve sobre las piernas de mi chico guapo y poderoso . . .
- Eso depende . . .
Si te sientes intimidada por nuevas experiencias . . .
Te juro que no te haré daño, pero te sentirás muy feliz . . . -
Era muy claro que entre los dos quién más tenía experiencia era Pedro . . .
También sabía de las inolvidables experiencias que podría brindarles a sus conquistas, pero no sé porque mis labios formaron esa sonrisa socarrona que suelen formar cuando me siento retada e instada a hacer algo que se que es malo, pero que el peligro me encanta y me llena de esa adrenalina que mi vida exigente mente me pide . . .
- No . . .
Pero por si acaso . . .
¿ A que te refieres con nuevas experiencias ? . . . -
Mi cerebro celebró al acertar las siguientes palabras que diría Pedro . . .
- ¿ Has experimentado sexualmente ? . . . -
Pedro ni siquiera parpadea . . .
Y a decir verdad, sus palabras aunque me esperaba algo relacionado, me tomo por sorpresa . . .
Mi mejor amigo, tocó mi brazo y mi mente de inmediato me pregunta, cómo se sentiría experimentar sus caricias en otro lugar, con esas manos cálidas que me frotan con una pasión absurda . . .
Si soy sincera . . .
Apenas puedo mantener la compostura, pero continúe hablando, actuando sin inmutarme . . .
- ¿ De que estamos hablando exactamente ? . . . -
Lo sé . . .
Me la rife con esa pregunta . . .
Nunca me había sentido más tonta como ahora . . .
Pero en realidad . . .
Pensé que era demasiado niña, para comenzar a tener este tipo de sentimientos, para empezar a amar de esa forma que lo hacían los adultos . . .
Quizá en realidad sea una niña, pero mi inteligencia para adaptarme a las cosas es mucho más alta que la de cualquiera . . .
Es solo que . . . Pedro es mi ancla a tierra, me transporta a una niñez que nunca tuve y que no quiero perder . . .
Ese amor que el busca es algo que no sé si esté preparada para recibir, ni siquiera se besar, pero ahora siento que cojo experiencia debido a sus deliciosos besos que me están volviendo adictiva . . .
Pedro sonrió ampliamente y beso mi hombro dejándome picazón en ese lugar en donde poso sus labios . . .
- Cualquier tipo de experiencia fuera de lo común . . .
Mi hermosa, solo déjame demostrarte que puedes confiar en mí en todas las etapas de tu vida . . .
Confiame tu cuerpo y lo cuidaré como si fuera mi tesoro más preciado . . .
Confiame tu corazón y te prometo que lo adoraré y lo mantendré a salvo del sufrimiento . . .
Leila, sé mía y te juro que seré solo tuyo . . . -
Lo dicho, sus palabras me dejaron muda y se me atrofrió el cerebro con tanta palabrería cursi . . .
Por más que estuviera sorprendida, no creía ni una sola palabra de mi mejor amigo en cuanto a situaciones sentimentales y relaciones interpersonales . . .
Creo que Pedro ha metido su pene en más agujeros que un panal de avispas y creo que eso es mucho . . .
Por más que quiera descubrir estas nuevas experiencias, no creo que mi mejor amigo sea el indicado para romper el himen de mi membrana . . .
- ¿ Te gustaría ? . . . - Me preguntó Pedro . . .
- ! Maldición ! . . .
Tu si que sabes cómo tentarme . . . -
Y no se lo dije en juego . . .
Últimamente me sentia muy presionada por este tema, pero era demasiado viva como para meter las patas solo porque si . . .
Lo acepto . . .
Por un momento lo dude . . .
Quería vivir algo loco e inolvidable, por lo menos me quería dejar llevar por las manos, que más confiaba . . .
Tal vez fuera al cambio repentino en la atmósfera . . .
. . . O tal vez era su aura carismática, pero me di cuenta de que con gusto, haría eso y cualquier cosa con mi menor amigo . . .
Quizá si sentía algo por él, pero nunca lo supe o lo mire de esa forma . . .
Deseaba con toda el alma que alguien pudiera quererme y protegerme como yo lo hacía con mis seres amados . . .
Llevaba un carga a cuesta, como si de repente el mundo se hubiera puesto muy pesado en mis hombros . . .
- Está bien, te seguiré . . . -
Pedro parecía muy feliz y satisfecho con mi respuesta.
El amor y la pasión que me demostraban sus ojos eran desbordantes, aún más cuando no estaba acostumbrada a recibir tanta atención y amor de esa manera tan diferente.
- Verte aquí, así . . .
De alguna manera le hace preguntarme, si pudiera vivir así el resto de mi vida . . .
Simplemente a tu lado. -
La voz de Pedro de alguna forma se volvió ronca y parecía ser forzada.
Puse mi pulgar en su boca y la rozo, sin saber que esto solo lo excitaría aún más.
Siento que su agarre se apreta en mis caderas y definitivamente ya puedo ver cómo sus dedos dejarán una gran marca en mi piel.
- Dime lo que quieres que haga -
Si hubiera sabido que mi respuesta me llevaría a un lugar del cual quería aprender más, creo que lo hubiera pensado un poco más . .
Jamás imaginé que esa simple pregunta, detonará algo tan grande en mí . . .