Capítulo tres

1548 Palabras
Dos semanas después del evento más horrible por el que ha pasado, ella olvido se olvido por completo de la promesa que le había echo al pequeño de visitarlo de nuevo, también se olvido del sujeto que la rescato e incluso la horrible amenaza que le hizo. Los días transcurrieron igual que de costumbre para la joven al punto que tomo la amenaza como un juego, su trabajo siguió siendo el mismo, igual de complicado y difícil, lleno de gente malhumorada y su amiga se enfadó. Narra Lilith: Siempre suceden cosas que nos hacen pensar que nuestra vida cambiara drásticamente, una de las decisiones más erróneas que he cometido en toda mi vida diré que fue asistir a Lao Blue con resignación. Esa noche pensé que sería mi fin, otro suceso fue mi encuentro y mi reacción con ese hombre llamado Ónix, era claro que con los días se olvidaría de mi presencia en su vida y todo volvería a lo que debió ser desde un principio, porque esto no fue el destino, fue una coincidencia, un accidente de esos que se olvidan. *Flashback* Tras haber recibido el mensaje, decidí ignorarlo y para cuando supe que no había sido de parte de Emma, el temor me recorrió de pies a cabeza, quise aventarme de un puente, mi vida ya tenia suficientes problemas como irle incluyendo uno mucho más descabellado, lo que menos quería en mundo, era un problema extra. Sabía perfectamente como reconocer a las personas peligrosas y desde que lo miré, lo supe, él era un peligro endemoniadamente candente, incluso si es apuesto, las llamas le rodean, claramente es un demonio hecho hombre. … Por otro lado, Emma tan solo se acordó de mi hasta el día siguiente, pude haber desaparecido y ni siquiera se habría dado cuenta de mi ausencia, demasiado despistada para ser mi mejor amiga y aun así la adoro. —Me abandonaste, encima ni siquiera me hablaste—murmuro enfada cuando nos encontramos, soltando un suspiro desvié la mirada e internamente controlé mi molestia, no quería discutir con ella. Fuiste la primera en irse—mencione de lo más tranquila—además casi te quedas sin amiga, tampoco lo notaste. Mis palabras la hicieron callar un poco, tras oírme mostro preocupación inmediata, se acercó de manera rápida y me estrecho entre sus brazos—¿Qué fue lo que sucedió? ¿Te paso algo? —pocas veces se preocupaba por las personas y me sentí afortunada de que lo hiciera. Tenía una vida solitaria desde la ausencia de mi padre, nadie se preocupaba por mí, tan solo era yo acompañada de la soledad cuando entro a mi vida. —Parece que si—mientras le devolvía el abrazo, nos sentamos en el mueble mas cercano y enseguida proseguí a contarle lo mal que la había pasado la noche que salimos. *Fin del flashback* Narradora: Ahora incluso el cielo parecía compartir su tristeza, justo en un día como este lo perdió todo, fue una tragedia enorme el despertar y notar la falta de su presencia a su lado, incluso sino eran los más unidos, un día lo fueron, los momentos que compartieron nadie puede borrarlos de su memoria. Tomo su bolsa apartando un par de recuerdos de la cabeza decidida a seguir adelante como lo hizo durante todo estos años, así mismo cogió un paraguas para protegerse de la lluvia, no podía llegar tarde a su empleo y mucho menos en malas condiciones. —Bendita sea mi suerte—expreso soltando un largo suspiro, camino lo más rápido que sus piernas se lo permitieron, a media esquina intento correr para alcanzar antes de que cambiara el semáforo, pero fue demasiado tarde y tuvo que detenerse. Mientras esperaba que volviera a cambiar, un auto en especial acelero bruscamente aventándole agua sucia, su ropa por completo se empapo. —Imbécil, deberías fijarte en la manera en que manejas—mascullo levantando la mirada y dirigió sus ojos a la matricula, apenas logro memorizarla, debido al accidente regreso a su casa a cambiarse. Para cuando llego al trabajo ya era demasiado tarde, iba con un retraso de 20 minutos, si iba a llegar temprano ahora literal iba a estar muerta en cuanto el jefe la viera llegar tarde, tal como imagino el jefe no estaba contento. —Tienes 30 minutos de retraso Lilith, ¿crees que puedes venir a la hora que quieras? Este es un trabajo, no tú casa—menciono el hombre reprendiéndola sin permitirle explicar la razón por la que se había demorado, ciertamente era un trabajo y sin importar la situación su deber como empleado era ser puntual. No teniendo otra opción, bajo la cabeza ante su jefe mientras se tragaba sus comentarios—perdón—se disculpó, forzadamente sonrió al levantar la cabeza de la misma manera que solía hacerlo cuando la regañaban por cosas de las cuales no era responsable. Lilith comprendía que en diversas ocasiones no hace falta saber quien tiene la culpa, sino simplemente tener a alguien a quien echarle toda la culpa, por extraño que sonara, la sociedad entera tenia un concepto muy diferente al suyo de los errores. Ante la disculpa de la joven, el hombre asintió tomando en cuenta que tenia la razón y contesto mientras le daba una palmada—Solo hoy, no más retardos Lilith, solo porque conocía a tu padre. Internamente la dama mordió su labio inferior hasta hacerlo sangrar, el sabor a hierro en sus labios era un tanto amargo, sonrió fingiendo estar agradecida ante el hombre y se dirigió rumbo a la cocina. Ofreció su ayuda como normalmente lo hace, incluso tomo el mandil y se lo coloco. Estuvo de un lado a otro atendiendo a los clientes, hasta que le toco dirigirse a la mesa numero cinco, al darse cuenta de quienes se encontraban ahí, quiso darse la media vuelta, enviar a otra camarera para que tomara su orden, sin embargo, el niño la reconoció enseguida. —No fuiste a visitarme—protesto en cuanto la vio haciendo una cara de disgusto—eres una mentirosa, en intento de calmar al pequeño y que no hiciera un alboroto, se inclinó—Lo siento, no he podido, el trabajo me tiene muy ocupada. A sabiendas de ser una excusa barata, Ónix no la contradijo, el pequeño a su lado animadamente comenzó a señalar de la carta todo lo que quería que le trajeran, en lo que iba a anotando cada platillo se dio cuenta de que era demasiado para él solito. ¿Vas a poder con todo eso? —pregunto dudosamente la joven e intento convencerlo de que era demasiado—primero pide un poco, si tienes más hambre puedes ir pidiendo, voy a estar lista para servirte si lo necesitas, si después no puedes tendremos que tirar la comida, sería un gran desperdició de alimentos. El pequeño le miro con incredulidad, en su vida nadie se negaba a darle lo que pedía y al ver que haría un escándalo, si el niño gritaba la regañada sería ella, debido al regaño de hace un rato no podía volver a hacer enojar a su jefe. —No llores, ¿sí? Enseguida te lo traigo—sonrió forzadamente delante del pequeño, quien enseguida seco sus lagrimas tras haber obtenido lo que quería, básicamente fue manipulada, a lado del pequeño, Ónix solo pudo contener sus enormes ganas de reírse. Lilith sirvió todo lo que pidieron sin volver a negarse o intentar dar su opinión, Ónix quien iba detrás de ella hablo—¿De cuanto es la cuenta? Iré a pagarla ahora mismo—comento, la joven tardo un poco, no obstante, al final le dio un ticket para que pasara a pagar. … Después de haberlos mantenido un rato esperando comenzó a servir los platillos seleccionados, tenía prisa en terminar y no volver a verlos, pero cuando dejo el ultimo platillo y estaba a punto de marcharse el niño la detuvo. —Tienes que quedarte, o no voy a comer—Lilith no podía quedarse, si dejaba su trabajo de lado tendría problemas. No puedo—musito en voz baja—me encuentro trabajando, al ver que no podía conseguir lo que quería como alternativa miro a Ónix, quien enseguida la fulmino con la mirada, básicamente obligada y sin remedio tomo asiento a lado del pequeño. —Ahora ¿si podemos comenzar a comer Jeremy? —pregunto el hombre a su hijo, Jeremy de lo más animado asintió, de un momento a otro se puso de pie y salió. En cuanto salió pidió hablar con gerente, explico la situación y le ofreció un fajo de billetes, ante este suceso el gerente no dijo nada, acepto agradecido el dinero y acepto la petición del hombre de no molestar. Lilith desde el instante en que lo vio salir supuso a donde iba y sin más que tener que resignarse decidió soportar la humillación y comer junto a ellos. Cuando Ónix regreso le miro con ira, queriendo decirle un par de cosas, algo que a fuerzas tenia que tragarse, al final ella no era nadie, tras la comida encima tuvo que acompañarlos al auto y ahí fue donde sintió mucho más coraje. Era él quien la había salpicado y por su culpa el gerente la regaño.
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