Helena está absorta en sus pensamientos, con una botella de agua entre las manos, mientras observa el ensayo que dirige madame Eleanor en el escenario. El ritmo de la música, las luces tenues y las voces afinando la llenan de una mezcla de admiración y ansiedad. De pronto, unos brazos la rodean desde atrás. Al principio se sobresalta, pero en cuestión de segundos un perfume que ya conoce bien invade su nariz. Sus músculos se relajan de inmediato, aunque el rubor le sube a las mejillas sin control. Una corriente de estremecimiento le recorre la piel ante la cercanía y el calor de Declan, pero al mismo tiempo siente seguridad, como si nada malo pudiera ocurrir mientras él está con ella. —¿Ya estás lista para tu debut? —pregunta él muy cerca de su oído, mientras con suavidad acomoda algunos

