—Vaya, así que tú eres Valentina, por fin nos conocemos —dice Eleanor con una sonrisa amplia mientras toma la mano de la joven. Sus ojos brillan de emoción, como si estuviera verdaderamente complacida con la presencia de ella. Incluso se inclina y la saluda con dos besos en las mejillas, un gesto que, según todos saben, reserva únicamente para Declan y para Isabella. Isabella, que hasta ese momento estaba de perfil, gira la cabeza al escuchar el tono cálido con el que la madre de Declan se dirige a Valentina. Sus labios se curvan en una sonrisa sarcástica. El brillo de sus ojos la delata: no entiende por qué Declan ha traído a esa mujer junto a su madre. ¿Quién demonios es esta chica? —Es un placer conocerla, señora —responde Valentina con su habitual tono dulce, intentando disimular lo