Sofía está sentada en una de las mesas decoradas con arreglos florales discretos, pero elegantes. Suspira con aburrimiento mientras observa cómo las luces tenues iluminan el salón principal de la subasta benéfica. Vino en representación de su familia, como siempre. A nadie le importa realmente si ella disfruta o no de estos eventos. La familia Rivas nunca ha sido tan prominente como los De La Vega o los Santorini, pero igual son parte de la socialité de la ciudad. Sus padres lo saben, y por eso la envían. Al principio celebraban su amistad con Valentina, incluso presumían de ella, hasta que Valentina cayó en desgracia. Entonces, como si nunca hubiera existido un vínculo, la presionaron para que se alejara. Pero Sofía jamás pudo hacerlo. Lo que la une a Valentina no es un apellido o una c