MICAH KOROLEV
Salgo del ascensor cuando el sonido de las puertas abriéndose me indican que llegado al piso donde se encuentra la oficina de mi abuelo. Avanzo por el vestíbulo que hay en el piso revisando el mensaje que mi hermana acaba de enviarme en el cual me enseña el ático que le compramos en cuanto decidió transferirse a Nueva York.
- Buenos días, señor Korolev – me saluda la secretaria de mi abuelo, pero paso por su lado.
V: se cumple un año. ¿vendrás?
M: en una hora viajo.
M: debo hablar con el abuelo primero.
Me responde con una carita sonriente, por lo que salgo de la aplicación de mensajería deteniéndome un instante al ver la imagen de fondo en mi teléfono. Es una foto que mi hermana consiguió para mí.
Es una foto de Irisa en un bikini en color blanco de dos piezas, pero lo más hermoso de la imagen es el vientre que luce orgullosa. Cuando Verena me envío la foto quise besarla, pero estaba demasiado lejos. Desde entonces es la imagen de fondo en mi teléfono hasta que la cambie por una de Irisa en vestido de novia.
- ¿querías verme? – pregunto a mi abuelo cuando entro en su oficina frunciendo el ceño al verlo junto a mis padres.
- Hola cariño – saluda mi madre mientras me dirijo ella para dejar un beso en su cabeza.
- Hola malysh – saluda mi abuelo y padre a la voz mientras me siento junto a mi padre.
- ¿pasa algo? – pregunto viéndolos. No es extraño verlos a los tres, pero siento que esta reunión es diferente.
Me fijo en mi abuelo que toma algo de su escritorio que me extiende, al tomarlo me doy cuenta de que se trata de la imagen de una rubia. Frunzo el ceño dejando la imagen sobre el escritorio.
- ¿Que se supone que debo ver?
- Tu prometida – responde mi madre mientras continuo viendo a mi abuelos a los ojos.
- Soy muy consciente de la apariencia de quien será mi esposa – me recuesto en el asiento volviéndome en dirección a mi madre – y esa ciertamente no es.
- Te recomiendo que empieces a ser consciente de la apariencia de esta chica – habla mi abuelo tomando la foto – por que será la mujer con la que te casaras.
- ¿Quién es? – pregunto despreocupado porque eso no va a ocurrir.
- Katia Trusova – responde mi padre extendiéndome un iPad – hija del primer ministro…
- Aceptamos que rompieras el compromiso con Viorica Russo, para evitar rumores después de que apareciera con el mayor de los hermanos Sinclair – asiento con la cabeza – pero ya es hora que te cases y Katia es la mejor opción.
- Opción – murmuro riendo con sarcasmo viéndolos – mi futura esposa se llama Irisa Sinclair…
- Irisa Sinclair es inadecuada para convertirse en tu esposa…– siento que un escalofrío me recorre el cuerpo mientras la rabia me hierve bajo la piel.
- ¿inadecuada? – pregunto mirando de forma hostil a mi abuelo.
- Esa chica es viuda y tiene un pequeño inconveniente…
- Te respeto abuelo, pero espero que no estés llamando inconveniente a Mayn – grupo furioso inclinándome en su dirección.
- Hijo debes entender que se espera mucho de la mujer que estará a tu lado y esa chica, sin importar su linaje, es inadecuada – la respiración se me torna pesada observándolos.
- A los tres los respeto – hablo poniéndome de pie – por lo que les sugiero que se hagan a la idea de que Irisa Sinclair es “Adecuada” – hago comillas con los dedos – porque esa chica es la única con quien aceptare casarme y ese “inconveniente” es mi primogénita. – veo la rabia brillar en los ojos de mi abuelo – si quieren un matrimonio por conveniencia, hablen con los Sinclair…
- El matrimonio entre Verena y Luckyan ya está arreglado… - habla mi madre visiblemente tensa – así que en el futuro nuestro apellido y el Sinclair estará relacionado.
- Si quieren que me case, lo hare – afirmo con dureza – pero con Irisa Sinclair, no aceptare a nadie más.
- Entonces no tendré más opción que desheredarte y quitarte todos los privilegios que te da el apellido Korolev – afirma mi abuelo poniéndose de pie para hacerme frente.
- Hazlo – respondo acercándome un paso a él – pero recuerda que soy el ultimo Korolev que puede continuar con el linaje…
- ¿te olvidas que existe tu hermana? – pregunta mi padre observándome furioso.
- Es verdad, pero recuerda que todos los hijos que mi querida hermana dé a luz, serán Sinclair, no Korolev. – todos se tensan cuando hablo – y a menos que quieras o puedas engendran otro heredero, soy el único que puede continuar con el linaje.
Mi abuelo hace vibrar de un fuerte golpe el escritorio mientras me observa furioso, pero no estoy dispuesto a arriesgar el hecho de que será mi esposa por nada en el mundo, ni siquiera por mi familia por mucho que los ame.
- Hijo – interviene mi madre – queremos lo mejor para ti…
- Para mí no hay otra opción – respondo observándola antes de bajar la mirada a mi muñeca – ahora, si me disculpan. Tengo que subirme a un avión.
- Me decepcionas – habla mi abuelo – te criamos mejor que esto, no tienes que conformarte con ser la segunda opción.
- Conformarme – repito la palabra de forma burlona – no me importa lo que piensen o digan, Irisa Sinclair será mi esposa, no me importa si me quitan absolutamente todo, mi decisión está tomada.
Sin más salgo de la oficina con algo de prisa porque hay un lugar en el que me necesitan. Mientras conduzco al hangar me llega un mensaje de mi hermana y al detenerme en un semáforo en rojo lo abro viendo que se trata de una foto de de Viorica, pero no es ella quien me hace sonreír. Es la bebé que sostiene en sus brazos, la que dispara los latidos de mi corazón.
V: estaremos en la pista cuando aterrices.
M: nada me gustaria mas.
Paso las siguientes nueve horas de vuelo revisando un proyecto en el que mi abuelo me pidió que trabajara lo cual es una muy bienvenida distracción para no pensar en la última conversación que tuve con mis padres y abuelo.
Sé que lo que dijeron no lo hicieron con mala intención, desde que nací los tres han querido lo mejor para mí y por consiguiente lo mejor para la familia ya que cuando llegue el momento mi esposa y yo seremos las cabezas de la familia Korolev.
Sin embargo, lo que ellos no saben es que Irisa es lo mejor que le sucederá a la familia Korolev y aunque no lo fuera, es la mujer que me tiene enamorado, hechizado y obsesionado.
Puedo parecer un imbécil a los ojos de los mis padres y abuelo por estar enamorado de una mujer que ama a otra persona y en su momento lo respecto, pero ahora no hay nada que no diría, haría o renunciaría por una vida a su lado.
Soy muy consciente de que el camino no será fácil, pero algo que realmente vale la pena nunca lo es.
Puede que mi abuelo y padres en este momento no lo vean, pero lo que ellos me ofrecen no es más que oro. Katia Trusova, es como el oro, lindo, brillante, valioso y común. Yo encontré un auténtico diamante y no uno cualquiera. No, yo encontré uno deslumbrantemente hermoso y único. Eso es Irisa Sinclair, una joya única por la que estoy dispuesto a luchar con uñas y dientes en contra de cualquiera que se oponga a lo nuestro, incluso ella misma.
Sonrío como idiota mientras observo una de las muchas fotos que tengo de ella. en esta Irisa se encuentra en el asiento del copiloto mientras mi hermana conducía, se ve hermosa vestida con un conjunto deportivo blanco. Verena tomo la foto mientras ella acariciaba su hermoso vientre.
Mi hermana y Viorica han sido cómplices en mi faceta de acosador ya que las dos me han estado enviando las fotos robadas de mi futura esposa.
Después de nueve largas horas de vuelo aterrizo en Nueva York a media tarde y al bajar los latidos de mi corazón se dispara al ver a la personita que sostiene mi hermana en brazos.
Mayn Kepler
Me apresuro hacia ellas ignorando por completo al resto del mundo cuando me extiende sus manitas por lo que la tomo en mis brazos presionándola contra mi pecho. El aroma que desprende hace que algo cálido me inunde el pecho.
- Hola abejita – murmuro besando su cabecita a lo que en respuesta ella gimotea haciéndome reír.
- Oye – la voz de mi hermana me hace levantar la mirada encontrándome con la suya – también estamos aquí. - Hace un tierno puchero que hace reír a las señoras Sinclair más jóvenes.
Viorica y Eris
Las observo fijándome en la pelinegra que sonríe mientras niega con la cabeza divertida. Para mí, no existe una mujer más perfecta que mi futura esposa, pero si hay algo es un hecho es que, de las Sinclair, Eris es la más hermosa de todas ellas.
Sus rasgos delicados y perfectos le dan una apariencia de muñeca, mote cariñoso que le dimos desde el instante en el que la conocimos. No me extraña que Oliver se la llevara a Bruselas donde la tiene solo para él.
- ¿Qué tal el viaje? – pregunta la muñequita sonriendo mientras caminamos hacia él auto.
- Tranquilo – respondo desviando la mirada hacia mi abejita que me observa con sus enormes y hermosos ojos grises idénticos a los de su padre. - ¿ya están todos aquí?
- Si – responde Viorica mientras nos subimos al auto – mañana temprano será la ceremonia en el mausoleo de la familia.
- ¿Cómo esta ella? – pregunto a lo que ellas se vuelven a verme visiblemente preocupadas.
- Es difícil para ella, pero nos tiene para apoyarla – responde Viorica a lo que yo asiento con la cabeza al igual que mi hermana y Eris.
Al día siguiente me encuentro trabajando sentado en la isla de la cocina mientras bebo un poco de café. La casa que normalmente se encuentra llena de vida, se encuentra en completo silencio, algo entendible ya que hace poco volvimos de la ceremonia en memoria de Mayner. Así que en este momento cada uno está llevando su tristeza a su manera.
Bebo un sorbo de mi café mientras reviso un mensaje de mi asistente escuchando unos pasos que se acercan lo que me hace levantar la mirada encontrándome con Amaris Sinclair y Elian Kepler quienes me observan de una forma que no logro identificar.
- ¿pasa algo? – pregunto dejando lo que estaba haciendo dándoles toda mi atención.
- Mañana se hará la lectura del testamento de mi hijo – responde Elian a lo que yo asiento un poco confundido de que me lo estén diciendo, pero es Amaris quien lo aclara.
- Te aconsejo que llames un abogado – habla lo que me hace fruncir el ceño – estas en el testamento.
- ¿Qué?
- Mañana a las diez estarán nuestros abogados y el que Mayner contrato estarán aquí – habla de nuevo Amaris muy serio – debes estar presente…