IRISA SINCLAIR…
El sonido de las gotas de agua golpeando contra la tela del paraguas que sostengo mientras avanzo por el extenso terrero hacia la imponente estructura de cristal, piedra caliza y mármol. Aminoro mis pasos deteniéndome frente al mausoleo que pertenece a mi familia. Siento un nudo en la garganta cuando llego a la entrada, pero respiro profundamente deteniéndome un segundo antes de entrar.
La muerte de mi esposo fue un duro golpe a nuestra familia por que el vacío que dejo es abismal. Crecimos los ocho juntos, Mayner siempre estuvo a mi lado en cada uno de mis momentos importantes, fue mi primer amor y el padre de mi hija. El saber que Mayn jamás podrá conocerlo, escuchar su voz, su risa, me provoca un inigualable dolor en el pecho.
Entro en el mausoleo dirigiendo al lugar que descansan sus cenizas. Hoy se cumple un año de su muerte, por lo que decidí venir antes de que los demás lo hicieran necesitando este momento a solas con él.
- Hola chiquito – hablo poniendo la mano sobre su nombre plasmado en la lápida. – se suponía que este sería un aniversario completamente diferente – quito las flores que tenía poniéndole unas frescas.
Suspiro limpiando la ya inmaculada lapida, pero es lo único que puedo hacer mientras pienso en lo que ha sucedido en el último año. cuando me entere del accidente y el estado de mi esposo me quería morir.
Verlo en cuidados intensivos fue impactante y doloroso, pero eso no fue nada comparado a lo que sentí cuando su corazón dejo de latir. Aquel día mientras le suplicaba que despertara cada momento que pase a su lado pasaron por mi mente mientras mi corazón sangraba y todo mi mundo se caía a mi alrededor.
- Te extraño – beso el frio mármol antes de sentarme en la banca que hay en medio del lugar.
Los primeros días después de su muerte la pase encerrada en mi habitación llorando y aislada de todo el mundo. no dormía, no comía, solo lloraba mientras veía nuestras fotos y videos, escuchaba los audios que me envió y llamaba a su teléfono solo para oír su voz en el contestador, hasta que mi madre vino hablar conmigo haciéndome que me diera cuenta que había alguien más que dependía de mí y que ese alguien era lo único realmente real y tangible que tengo de él.
Esa noche mientras me daba un baño acaricie mi vientre pidiéndole perdón a mi bebé por olvidarme de él. A la mañana siguiente me levante con un solo propósito en mente, asegurarme de que mi bebé estuviera bien, por lo que luego del desayuno le pedí a mi mamá que me acompañara al médico.
Durante todo mi embarazo mi familia me rodeo de amor y cariño. Además, el regreso de Viorica fue un soplo de aire fresco ya que no volvió sola, su regreso añadió a los hermanos Korolev a nuestro círculo familiar los cuales han sido muy bien recibidos y han sido un gran apoyo.
Sonrío pensando en Viorica, Verena y Eris, la esposa de Oliver. Ellas han estado hay para mi sin esperar nada a cambio, ellas son como las hermanas que siempre quise y las tías más amorosas con mi hija.
- Aquí estas – salgo de mis pensamientos al escuchar que me habla, levanto la mirada encontrándome con los profundos ojos negros de Viorica que me sonríe mientras se sienta a mi lado.
- ¿me buscabas? – pregunto mientras ella me abraza por los hombros.
- Si, quería hablar contigo a solas – beso su mejilla haciéndola sonreír.
Mientras la observo pienso en lo difícil que ha tenido que tuvo que ser este año. sin embargo, ha estado de pie como una reina. Puso en pausa su carrera por estar junto a Owen durante la dura recuperación en la que ha estado desde el accidente. Ha estado para mi durante todo el embarazo y los primeros meses de vida de mi hija.
- ¿Pasa algo? – pregunto viéndola a los ojos
- Debía entregarte esto hace mucho – frunzo el ceño cuando me extiende un sobre n***o. – siento mucho no haberlo hecho antes, solo que creí que no era el momento.
- ¿Qué es? – pregunto viendo el sobre curiosa.
- Unas palabras de… de Mayner – un escalofrío me recorre el cuerpo al escucharla sin apartar la atención del sobre.
- ¿por… - paso saliva – por qué ahora?
- No creí que fuera un buen momento cuando él murió – responde ella por lo que me vuelvo a verla notando el arrepentimiento brillando en sus ojos – si me excedí en mi decisión, lo lamento.
- Gracias – sonrio a lo que ella asiente con la cabeza poniéndose de pie dirigiéndose a la lápida donde deja una rosa blanca a sus cenizas.
- Los demás están por llegar – anuncia dirigiéndose a la puerta - yo me encargo de que te den un momento para que leas.
- No es necesario – respondo poniéndome de pie viéndola – la leeré después.
Unas horas después y luego de la ceremonia conmemorativa en la que se reunió toda la familia y los hermanos Korolev, me encuentro en el jardín con Mayn en mi regazo plácidamente dormida.
Toda la familia está en casa, sin embargo, esta se encuentra en completo silencio por que cada uno lleva luto a su manera. Por mi parte me aferro a mi ancla, la razón por la que, a pesar de todo el dolor y la tristeza, no me derrumbe.
Mi hija
Beso su cabecita absorbiendo su inigualable olor el cual mantiene a raya todo el dolor que siento, porque ella me necesita fuerte y esa es la razón para que yo continúe. Beso una vez más su cabecita reuniendo el coraje suficiente para tomar el sobre que me dio Viorica y sacar la carta.
“Princesa
Pase semanas planeando lo que diría en este momento, pero subestime el tiempo que me quedaba a tu lado, ya que este fue más corto de lo que creí.
Sin embargo, al saber que mi muerte estaba cada día más cerca, me prepare temiendo no poder decirte todo lo que siento por ti.
Así que deje algo para ti en nuestro lugar secreto en la biblioteca.
Búscalo cuando estés preparada
.
Te amo, Mayner”
Siento como los latidos de mi corazón se disparan haciendo que me levante lo más rápido y con cuidado de no despertar a Mayn, la acuno en mis brazos aferrándome a la carta mientras entro en casa encontrándome de frente con Eris quien me sonríe con cariño.
- ¿puedo pedirte un favor? – pregunto a lo que ella asiente mientras su sonrisa aumenta - ¿puedes cuidarla? – hago un gesto para que sepa que me refiero a mi hija.
- No tienes ni que pedirlo – responde mientras toma a Mayn en brazos.
- Gracias – dejo un beso en su mejilla haciéndola reír antes de pasar por su lado dirigiéndome a la biblioteca.
Corro hacia la biblioteca con el corazón latiéndome tan rápido que temo que se me detendrá en cualquier momento. Cuando llego a la puerta estoy sin aliento, por lo que me detengo un segundo antes de poner mi mano en el pomo de la puerta.
¿Qué podrá ser?
Respiro profundamente abriendo la puerta con los nervios a flor de piel mientras avanzo por el interior de la biblioteca que mis primos, hermanos y yo llenamos desde que aprendimos a leer. La piel se me eriza observando el lugar, hay exactamente ocho sofás completamente diferentes y elegido personalmente por cada uno de nosotros, las lágrimas arden en mis ojos mientras me acerco al de Mayner acariciando con la yema de los dedos el cuero verde oscuro de este.
Me limpio una lagrima traicionera que rueda por mi mejilla mientras avanzo hacia nuestro lugar secreto. Una rosa roja encapsulada, el cristal de la capsula hay tallados dibujos de planetas, estrellas, nubes y la luna. En la base se encuentra una figura del principito junto a un zorro.
El principito fue mi primer libro favorito y esta rosa fue el primero que Mayner me dio. La capsula se encuentra sobre una columna base de mármol, la cual tiene un compartimiento secreto del que solo él y yo sabemos cómo abrir. Se me forma un nudo en la garganta mientras abro el compartimiento. Jadeo cuando lo hago viendo que en el interior hay un sobre blanco junto a dos álbumes y un diario.
Los tomo cerrando de nuevo el compartimento dirigiéndome al sofá de mi esposo. Mi respiración se torna pesada mientras observo los álbumes. Son una réplica del libro de aventuras de Elle y Carl, de la película Up, una aventura de altura, nuestra película favorita.
Tomo el sobre sacando de este la carta con las manos temblorosas, me cubro la boca con una mano al ver su letra mientras las lágrimas ruedan por mis mejillas.
“Nena
No sabes lo difícil que es para mí escribirte esta carta, porque se lo triste y destrozada que estarás cuando la encuentres una vez que me haya ido.
Sé que es muy probable que en este momento me estés odiando por haberte ocultado la verdad, cuando nunca habido secretos entres los dos, pero la idea de lastimarte me destroza el corazón, sobre todo en tu estado, porque sí que estas embarazada y no sabes lo feliz que soy al saber que creamos vida juntos por lo que no estarás sola cuando el momento haya llegado.
Irisa Sinclair, una vida junto a ti es todo lo que siempre he deseado y le doy gracias a todo lo divino por concederme la gracia de que te hayas enamorado de mí, de compartir toda mi vida a tu lado, de haber vivido cada etapa junto a ti.
Cuando nos casamos jure amarte fiel e incondicionalmente por el resto de mi vida y de cierta forma lo estoy cumpliendo. Quiero decirte, aunque ya lo sepas, que eres el amor de mi vida, que siempre recuerdes lo mucho que yo te amo y que cada momento que pase a tu lado fui inmensamente feliz.
Por eso, no quiero que estés triste cuando me haya ido, no tampoco te niegues la oportunidad de ser el centro del mundo de otro hombre. Soy consciente de lo mucho que me amas, pero no quiero que te aferres a ese amor, porque todo lo que siempre he querido es que seas feliz.
Encuentra un hombre que te ame, aunque sea una pizca de lo que yo te amo. Un hombre que este a tu lado cuando te gradúes summa c*m laude en la universidad, que este a tu lado cuando asumas tu rango de CEO de nuestro conglomerado, que este a tu lado en cada etapa en la vida de nuestra hija y cuando llegue el momento, luego de que hayas vivido una larga y feliz vida voy estar esperándote del otro lado.
Te amo princesa, no pienses demasiado en mi porque me destroza el hecho que estés triste.
Tu esposo, Mayner”
Rompo en llanto llevando la carta a mi pecho, el dolor que siento es indescriptible y se extiende desde mi corazón al resto de mi cuerpo hasta que mi garganta se cierra y me cuesta un poco respirar, pero entonces veo que de uno de los álbumes sobresale una tarjeta.
“gracias por la maravillosa aventura que fue compartir mi vida contigo”
Sonrío al recordar de donde saco la frase, suspiro abriendo él álbum y a medida que paso las paginas sonrio al ver plasmados muchos de nuestros momentos más importantes, solo son todos de los dos y una vez que lo cierro, abrazo el álbum contra mi pecho antes de dejarlo de lado abriendo el otro.
“inicia una nueva y maravillosa aventura”
Leo en la tarjeta que hay en este, hojeo el álbum notando que esta completamente en blanco, frunzo el ceño dejándolo de lado junto al otro antes de tomar el diario el cual abro viendo otra tarjeta.
“esta idea salió de nuestra serie favorita (diario de vampiros), cuando estés triste o sientas que te hago falta, escribe en este diario como si me estuvieras hablando”