PRÓLOGO PT 2

2810 Palabras
Atravieso la ciudad luego de dejar a mi hermana y Viorica en una pijamada en el departamento de esta última. Conduzco hasta el restaurante que como era de esperarse es uno de los mejores de la ciudad, suspiro al preguntarme ¿Qué demonios estoy haciendo? No soy un hombre inseguro y se en lo más profundo de mi ser que esta cena marcara un antes y un después en mi vida. es solo que no sé a qué se debe esta pizca de inseguridad que siento. Resoplo poniéndome en la fila que hay en la entrada del restaurante donde hay algunos fotógrafos, debe de haber alguna celebridad o famoso cenando en el lugar. La fila avanza hasta que llego a la entrada, bajo del auto entregándole al valet parking las lleves de mi auto rodeándolo en dirección a la entrada. Sonrío con arrogancia al pasar frente a los fotógrafos sin que un flash se dispare en mi dirección. Una ventaja de pertenecer a una familia old money es que jamás debemos preocuparnos por los paparazzis, reporteros o medios de comunicación a menos que nuestra familia lo quiera. - Owen Sinclair me espera – informo al maître al ingresar al restaurante. - Lo acompaño – habla el hombre indicándome el camino, le envío un mensaje a mi abuelo en lo que avanzamos, guardo el teléfono cuando escucho risas que se intensifican a medida que nos acercamos siento que un escalofrío me recorre el cuerpo al ver a los siete hombres de más o menos mi edad. Los siete guardan silencio en cuanto me ven, pero mis ojos van directamente a uno de ellos. El hombre que más envidio en el mundo, Mayner Kepler. - Ahí está – Owen es el primero en hablar poniéndose de pie – chicos, este es Micah Korolev, prometido de mi esposa – comenta en tono de broma – Micah, estos son mis hermanos – señala al que está junto a él y noto que son exactamente iguales – mi gemelo Oliver, mi hermano Luckyan – los reconozco de algunas de las fotos que tiene Viorica en su departamento, se por las veces que la he escuchado hablar sobre ellos que este último es su persona favorita en el mundo después de su esposo. – mis primos Mael y Nil Faragov los señalan a lo que ellos asienten con la cabeza – mis primos de crianza, aunque ahora uno de ellos es mi cuñado – señala al hombre que me observa atento – Mayner y Nil Kepler – asienten con la cabeza – Mayner es mi cuñado. - Nos moríamos de ganas de conocerte – habla Luckyan lo que me hace fruncir el ceño – tienes algo que nos pertenece… - ¿nos? – pregunta Owen divertido – es mi esposa – los demás empiezan a reír. - ¿no les molesta? – pregunto confundido, no me esperaba esta reacción. - ¿Por qué lo haría? – pregunta Oliver divertido – es con mi hermano con quien esta casada y él confía ciegamente en ella. - Ven, siéntate – habla Luckyan señalándome la silla junto a él. Avanzo hasta sentarme junto a él notando que queda un lugar libre, un camarero viene a tomar nota de lo que quiero beber. Observo a las personas a mi alrededor notando la increíble unión familiar que hay entre ellos. - Cuéntanos Micah – habla Mael haciendo que me vuelva a verlo - ¿soltero, casado, comprometido… - Viorica no cuenta – comenta Luckyan bebiendo un trago. - …Te interesa alguien? - Irisa tampoco cuenta – comenta Owen con sarcasmo haciendo que el resto de la mesa guarde silencio lo que me hace abrir los ojos perplejo esperando la reacción de una persona en especial. Mayner Me tenso notando como intercambian miradas entre ellos antes de que sea el mismo Mayner quien estalla en una sonora carcajada seguido por los demás que niegan con la cabeza. Frunzo el ceño confundido porque no es una reacción que me imaginaba. - ¿te gusta mi esposa? – pregunta él limpiándose una lagrima mientras continúa riendo. - ¿me estoy perdiendo algo? –mi tono de confusión hace que ellos ríen aún más, pero se detienen de golpe cuando el sonido de unos tacones llama nuestra atención. Me vuelvo en dirección al sonido y al hacerlo me quedo sin aliento al ver lo que los hizo detenerse. Es bellísima, pienso viéndola avanzar entre las mesas echándose el cabello hacia atrás, la elegancia que viene al nacer en una familia old money irradia de ella sin el más mínimo esfuerzo. Esta vestida de forma muy sencilla, una blusa blanca corta de seda con finos tirantes. Un pantalón en color n***o de bota muy ancha, el cual se ciñe a la cintura. Tacones a juego del mismo color del pantalón y un pequeño birkin en la mano junto a su teléfono. Siento que se me eriza la piel a medida que se acerca, mientras la observo noto como todo lo demás desaparece y más cuando levanta la mirada encontrase con la mía, cuando lo hace todo lo demás desaparece. Me llevo la mano al pecho tratando de calmar los brutales latidos de mi corazón, pero estos se detienen abruptamente y una punzada de decepción me a traviesa el pecho cuando su mirada se desvía a un costado de la mesa. El brillo en sus ojos es hechizante. - Al fin llegas – habla Luck sacándome de mis pensamientos, su hermana le saca la lengua. - Estaba en Bvlgari – responde ella extendiendo el brazo enseñándole un hermoso brazalete de diamantes y rubíes en forma de serpiente. - ¿Quién eres? – pregunta posando sus ojos en mi. - El prometido de Viorica – responde esposo mientras ella avanza hacia él que se pone de pie sacando la silla para que se siente, cuando lo hace Mayner besa su cabeza antes de sentarse de nuevo. - Micah Korolev – extiendo mi mano hacia ella quien la toma con el ceño fruncido. - Irisa – me observa a los ojos notando un poco de hostilidad – Irisa Sinclair, la hermana del esposo de tu prometida – hace comillas en la última palabra haciéndonos reír. - Tranquila fiera – comenta su esposo tomando su mano dejando un beso en esta – él lo sabe y nos estamos conociendo. - Él y su hermana cuidan de Viorica hasta que esté lista – comenta Luckyan haciéndola sonreír. - ¿Cómo es ella? – pregunta directamente con sus hermosos ojos azules. *** Siento que él sol me calienta la piel mientras leo un correo que me envío mi abuelo sobre un nuevo negocio del que quiere mi opinión, siento que alguien se sienta junto a mí por lo que levanto la mirada notando que es Mayner lo que me hace fruncir el ceño. Me extiende un coctel el cual recibo dejando de lado mi iPad para observarlo. Es increíble como durante los últimos meses nuestra relación con los hermanos Sinclair y sus primos se ha fortalecido al punto en el que en este momento mi hermana y yo nos encontramos en un yate en algún lugar del mediterráneo con los mayores de la familia. Owen, Oliver, Mael y Mayner. Viorica aun no lo sabe con exactitud ya que acordamos con Owen que no se lo diríamos hasta que ella estuviera lista. Durante los últimos meses hemos ido a cenar juntos, hemos asistidos a desfiles en lo que ha estado mi hermana, hemos pasado muchísimo tiempo juntos dándome cuenta que me gusta tenerlos como amigos. - ¿pasa algo? – pregunto a Mayner quitándome los lentes de sol viéndolo sonreír sin que esta llega a los ojos. Durante este tiempo creí que Mayner se molestaría o habría hostilidad o incomodidad entre nosotros al saber que me gusta su esposa, pero eso jamás sucedió, aunque lo envidie más que a nadie en el mundo vi de primera mano el amor que se tiene el uno al otro. Solo hay que ver la forma en la que él la observa, como si no hubiera nadie que se compare, como si estuviera dispuesto a matar y morir por ella. así que simplemente enterré en lo más profundo de mi corazón mis precoces sentimientos hacia Irisa Sinclair. - Estoy muriendo – habla de repente haciéndome reír porque jamás espere este tipo de bromas viniendo de él. - ¿Qué? – pregunto riendo viéndolo, pero al hacerlo noto la seriedad de su expresión lo que borra mi sonrisa. - ¿no es broma? - No, hace unos días me diagnosticaron un tumor incurable – se me corta la respiración viendo que baja la mirada a su mano notando que tiene un estuche de cuero n***o – si me someto a tratamiento viviere de tres a cinco años, pero eso podría arruinar un momento muy importante en la vida de mi esposa… - No habrá tratamiento, ¿verdad? – pregunto bebiéndome el coctel de golpe sin saber por qué me lo está diciendo a mí. Niega con la cabeza lentamente mientras ríe sin gracia - ¿Por qué? - Irisa está embarazada – abro los ojos como platos al verlo – quiero vivir al máximo esta etapa a su lado, el tratamiento solo pondrá en peligro la vida de mi hijo. - ¿Cómo? – pregunto impactado por la noticia. - Ella dejara todo a un lado para estar a mi lado en el tratamiento y es sabido que él primer embarazo es un poco delicado. – asiento con la cabeza – quiero disfrutar del próximo año y medio de nuestras vidas. - Nadie lo sabe ¿verdad? – niega con la cabeza haciéndome suspirar - ¿Por qué yo? - Ella es el centro de mi mundo… - Necesito algo más fuerte – me pongo de pie yendo al bar tras de mi tomando una botella de Vodka antes de volver con Mayner dando un gran trago. – continua - La amo más que nada en el mundo – noto como sus ojos se llenan de lágrimas – cuando me vaya ella estará completamente sola… - Tendrá a su familia y a la tuya – interrumpo a lo que él niega con la cabeza. - Ella merece ser el centro del mundo de una persona – respira profundamente – es importante en la vida de sus hermanos y primos, pero eventualmente ellos encontraran el centro de sus vidas… - Sigo sin saber por qué me lo dices – comento a lo que él en respuesta me extiende el estuche. - He notado la forma en la que la ves, como te brillan los ojos cuando ella sonríe… - paso saliva buscando en sus ojos una pizca de celos, enojo o algo parecido, pero lo único que veo es tristeza – la noche en la que nos conocimos en Moscú vi lo que es el amor a primera vista – sonríe con la mano aun extendida – esa noche me di cuenta que si no estuviera tan seguro del amor de Irisa por mí, serias un fuerte contrincante… - Lo que no sabes es que esa no fue la primera vez que la vi – confieso haciéndolo reír en lo que tomo el cofre abriéndolo. Al hacerlo veo un diamante en bruto de un hermoso color rosa, frunzo el ceño levantando la mirada. - Quiero pedirte algo – se le quiebra la voz – cuando llegue el momento, divídelo en dos, una parte más pequeña que la otra… - pasa saliva cuando no puede hablar – con la parte más grande quiero que hagas esto. Me entrega un papel en el que se muestra el diseño de un hermoso anillo de compromiso en corte cuadrado con diamantes más pequeños a los costados en color blanco. - Quiero que lo guardes hasta que mi hijo o hija se comprometan – asiento con la cabeza poniendo sobre mi iPad. - ¿la parte más pequeña? – pregunto viéndolo a los ojos notando como una lagrima rueda por su mejilla. - Si no es mucho pedir… - pasa saliva por lo que yo le extiendo el vodka del que él bebe un gran trago – ¿puedes… por favor ponerle ponerlo en el anillo de compromiso que pondrás en su dedo? – un enorme nudo se me forma en la garganta al escucharlo. - ¿Por qué estás tan seguro que puedo hacer que se case conmigo luego de que mu…mue? - no soy capaz de terminar la palabra. - Por la forma en la que la ves – responde sin más bebiendo otro trago – no tienes que hacerlo si no quieres, pero me encantaría que lo hicieras. - Lo hare – acepto viendo como suspira de alivio. - Espero que no te sientas celos – comenta divertido a lo que yo asiento con la cabeza. - No creo que sea fanática de la necrofilia – escupe su trago antes de estallar en una sonora carcajada. - Una cosa más – niego con la cabeza divertido bebiendo otro trago – no se lo digas. *** - ¡VIORICA! – la llamo cuando se precipita fuera del auto sin que este se haya detenido aún. Verena y yo bajamos en cuento el auto se detiene corriendo tras ella porque sabemos que va a necesitarnos en este momento, acaba de aterrizar en Nueva York desde Milán donde Viorica se encontraba enfrentando a su familia ya que eligió a su esposo por encima de todo. Esposo con quien pase unos días en el mediterráneo bebiendo y divirtiéndonos junto a su gemelo y primos. Viorica no lo sabe aún, pero Owen y Mayner tuvieron un grave asistente cuando se dirigían de vuelta a casa del aeropuerto. Cuando Viorica me hablo de la llamada la llamada de Luckyan llame a Mael y fue él quien me conto sobre el accidente. Por eso le pedí al piloto que volara en tiempo record a Nueva York, por eso aterrizamos en el JK dos horas antes del tiempo estimado. Durante el vuelo hable con Luckyan, Mael, Nil Oliver y Aiden por mensajes donde me hicieron prometer que no le diría a Viorica hasta que estuviera aquí. Al llegar al lugar donde se encuentra la familia Sinclair quiero correr hacia Irisa quien se encuentra en cuidados intensivos ya que la impresión del accidente le provoco una amenaza de aborto por lo que tuvieron que estabilizarla. Voy con Viorica a la habitación donde se encuentra Owen y debo sostenerla cuando ella lo ve. Los observo siendo testigo del inmenso amor que hay entre ellos. Él se alejó porque ella necesitaba tiempo para reunir el valor de mandar a la mierda a sus padres por sí misma. A ella la vi luchar contra sus demonios tratando de liberarse de ellos para que no hubiera un solo obstáculo que le impidiera amar y hacer su vida con Owen. ahora debe verlo en este estado después de meses sin verlo por lo que el sufrimiento en sus ojos es más que justificable. No sé cuánto tiempo pasa hasta que Christian Kepler se acerca de forma discreta a mí. - Puedo hablar contigo un momento – pide mirándome a los ojos a lo que yo asiento saliendo de la habitación junto a él. - ¿pasa algo? – pregunto curioso - Puedes venir un momento – frunzo el ceño – mi hijo quiere hablar contigo. - ¿Aiden? - Mayner – responde señalándome el camino a su habitación. – pidió hablar contigo en cuanto despertó. - ¿Cómo sabía que estaría aquí? - No lo sé, solo lo pidió – avanzamos en silencio, pero me detengo al entrar en la habitación viendo el estado en el que se encuentra Mayner. - Quita… esa… cara de horror – habla Mayner débilmente. – pa…papá déjanos, por… por favor. – Christian nos observa antes de irse. - ¿Qué pasa? – pregunto acercándome a él tomando su mano la cual aprieta. - Solo… solo quiero… – respira con dificultad mirándome a los ojos – pedirte que la cuides… - No tienes que pedirlo, vas a recuperarte – digo a lo que él niega levemente. - No lo haré – responde mientras una lagrima rueda por su mejilla – por eso te pido que los cuides, ella va a necesitarte. - Lo hare – hablo a través del nudo que tengo en la garganta - Me alegro conocerte… - Aun sabiendo que me enamore de tu esposa – comento divertido viéndolo sonreír. - Sobre todo, por eso. Un rato después siento una desgarradora opresión en el pecho al ver a Irisa completamente destrozada cuando su esposo muere, la sostengo contra mi pecho mientras grita y suplica porque él despierte, pero él no lo hace y cuando el medico anuncia la hora de la muerte todo cambia en nuestras vidas.
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