MICAH…
- ¿lo sabias? – pregunta Vadim junto a mi mientras esperamos a que Irisa hable con sus padres y suegro.
Niego con la cabeza y es que como demonios iba a imaginarme que Mayner haría tan brutal apuesta. Soy plenamente consciente que si las acciones de Mayner entran a la bolsa los Sinclair no tendrán problema alguno en comprarlas de vuelta, así que su última voluntad no tendría sentido, lo que significa que los que tendrán problemas si esto pasa son los Kepler.
Empiezo a reír al pensar en lo muy seguro que estaba Mayner cuando tomo esta decisión, era muy consciente de que jamás la rechazaría y se aseguró de que ella tampoco lo hiciera para de esa forma darme una oportunidad.
- Necesito un minuto – digo a mi abogado alejándome en lo que tomo mi celular llamando de inmediato a mi abuelo.
- ¿malysh?
- Abuelo – respiro profundamente – hay algo que debes saber…
Le hago un resumen de lo que está sucediendo y la condición del testamento la cual estoy más que felizmente dispuesto a aceptar. Solo hay una persona en el mundo que me haría rechazar la oportunidad que Mayner me dio y esa es Irisa Sinclair.
- ¿estás seguro de esto? – pregunta cuando termino – soy muy consiente de tu obsesión por esa chica…
- Abuelo… - trato de hablar, pero él me interrumpe
- Lo único que realmente me interesa es que seas feliz y no creo que con alguien con tanto equipaje lo seas – suspira mientras yo siento como me hierve la sangre del enojo que siento en este momento al escucharlo – pero si es lo que quieres tienes mi apoyo incondicional.
- Gracias abuelo
- En dos horas aterrizare en Nueva York – frunzo el ceño mirando en dirección a mi abogado – Vadim me llamo, así que decidí viajar lo antes posible.
- ¿creíste que estaba en problemas? – inquiero divertido escuchándolo reír.
- Estabas molesto la última vez que nos vimos - niego con la cabeza, aunque no pueda verme.
- Jamás te he dado problemas – murmuro
- Hasta que decidiste romper el compromiso con Viorica Russo y obsesionarte con una chica – hay una pizca de decepción en su tono lo que hace que se me erice la piel. – no le digas nada a mi kukla (muñeca), quiero sorprenderla.
- Nos vemos en un rato – hablo antes de finalizar la llamada.
Suspiro dirigiéndome a la cocina ya que se me acaba de antojar un café, al llegar veo que en el lugar está la niñera con Mayn, siento como una abrazadora calidez me embarga mientras me acerco a ella tomándola en mis brazos.
Camino con Mayn en brazos hasta la ventana viendo a Owen, Oliver y Luckyan en el jardín hablando con sus respectivas mujeres al lado.
- ¿puedo ayudarlo en algo, señor Korolev? – pregunta la niñera con amabilidad.
- Café para mí y un té de flores – hablo pensando en Irisa y lo afectada que debe estar con esto.
Un gorgoteo hace que baje la mirada a Mayn que me observa con sus hermosos ojos grises iguales a los de su padre. Sonrio tomando una de sus manitas mientras el corazón me late más fuerte con la esperanza de que su madre está de acuerdo estaré en su vida como figura paterna y no como espectador. Jamás podre reemplazar el lugar de Mayner en su vida, pero estaré a su lado cuando diga su primera palabra, de sus primeros pasos, cuando le salgan los dientes, estaré ahí cuando se enferme, cuando llore estaré ahí para consolarla y vivir cada etapa de su vida.
- No importa lo que suceda – susurro besando su cabecita – cuando tu mamá firme el acta de matrimonio, te convertirás en mi primogénita y heredera, no importa si no es hoy, no importa el tiempo que me tome, conquistaré a tu mamá.
Mayn me sonríe como si pudiera entenderme mientras su niñera pone junto a mi una taza humeante de café. Continúo observando a los Sinclair en el jardín en lo que bebo de a poco mi café aun con Mayn en mis brazos. Me fijo en Owen que se ve muchísimo mejor después de la difícil recuperación que paso, proceso por el atravesó de la mano de su esposa y su incondicional apoyo. Viorica fue la fuerza que lo mantuvo firme mientras se recuperaba algo que al parecer fortaleció aún más su relación.
Sonrío desviando la atención al lugar donde se encuentra mi hermana junto a su futuro esposo quien la observa con fascinación mientras habla con Viorica. Verena aún no lo sabe, pero Luck hace unos meses hablo con nuestros padres y abuelo para pedir su mano en matrimonio.
Bebo un sorbo de café viendo a la muñequita que abre los ojos con sorpresa ante algo que dice mi hermana antes de empezar a reír. Sonrío viendo la forma en la que Oliver observa a su esposa, es como si temiera que si aparta la mirada podría perderse de algo maravilloso.
Termino mi café observando a mi hermana y lo afortunada que es al tener cuñadas como las que tiene. Verena siempre quiso una hermana, pero nuestros padres jamás quisieron más hijos y Verena de niña no tenía muchas amigas ya que aprendió desde muy niña que todo el que se le acercaba era porque quería a través de ella acercase a nuestros padres y abuelo.
- Micah – la voz de mi abogado me saca de mis pensamientos – debemos volver.
Asiento con la cabeza bajando la mirada a Mayn quien se quedó dormida en mis brazos. Noto a la niñera junto a mí a quien se la entrego, antes de tomar el té al que le agrego media cucharadita de azúcar. Vadim me observa curioso mientras tomo la taza para luego salir de la cocina rumbo al estudio donde los demás están entrando en ese momento.
Al entrar me dirijo hacia donde se encuentra Irisa dejando en la mesita que tiene frente a ella el té.
- Media cucharadita de azúcar – susurro solo para ella antes de ir a sentarme junto a Vadim.
- ¿podemos continuar? – pregunta el abogo de Mayner después de unos minutos, pero Irisa se levanta observándome.
- Pueden darnos un minuto – habla señalándome por lo que me pongo de pie yendo a ella que camina hacia la ventana más alejadas dándonos un poco de privacidad.
- ¿Es aquí cuando me rechazas? - Pregunto divertido viendo como sonríe mientras niega con la cabeza. Su sonrisa siempre hará que sienta que soy golpeado de frente por un tren.
- Todo este asunto se ha centrado en mi – habla en voz baja – por lo que quiero saber si puedes hacer esto, ¿quieres casarte conmigo?
- ¿es una propuesta? – pregunto en tono burlón.
- Hablo enserio – responde riendo suavemente – no quiero que te sientas obligado a nada… - la observo a los ojos deseando decirle que estado dispuesto a casarme con ella desde el primer momento en el que la vi, pero lo único que puedo hacer es asentir con la cabeza.
- ¿y tú? – pregunto de vuelta a lo que ella aparta la mirada mientras yo respiro profundamente preparándome para el golpe.
- No puedo darle la espalda a los Kepler – responde a lo que yo asiento con la cabeza mientras ella levanta la mirada encontrándose con la mía.
Fuerzo una sonrisa mientras tomo una difícil decisión. Estoy jodidamente enamorado de ella, pero jamás la obligaría a nada que la haga infeliz y eso incluye estar a mi lado.
- Debemos volver – digo a lo que ella asiente girándonos en dirección a los demás que nos observan expectantes.
- Podemos continuar – inquiero cuando regresamos a nuestros lugares.
- Vamos a casarnos – habla Irisa observándome fijamente.
- Ya que están de acuerdo, procederemos a la firma del acta – informa el abogado justo cuando tocan la puerta e instantes después entran los asistentes de Selene y Amaris Sinclair.
- Antes de que ellos firmen queremos un acuerdo en caso de divorcio – informa Selene mientras uno de sus asistentes abre el portátil.
- Estoy de acuerdo – respondo viendo a Selene que asiente con la cabeza. – solo quiero dos cosas – todos se vuelven a verme por lo que yo respiro profundamente – todo el patrimonio que hagamos en conjunto durante nuestro matrimonio, será en su totalidad de Irisa…
- Micah – habla mi abogado, pero yo lo ignoro.
- Hecho – responde Amaris observándome - ¿Qué más? – pregunta a lo que yo respiro profundamente sintiendo una presión en el pecho, pero la ignoro observando a Irisa.
- En tres años quiero el divorcio – suelto sintiendo como la presión en mi pecho se incrementa.
- ¿Qué? – preguntan los demás observándome.
- La última voluntad de Mayner es que nos casemos y eso haremos – respondo viéndola a los ojos – por lo que esta condición no afectara en nada a las familias.
- Hecho – responde Irisa mirándome con furia apenas disimulada en sus ojos.
Una vez que establecemos las condiciones del acuerdo esperamos a que sea redactado y autenticado aprovechando que hay un juez presente lo firmamos con nuestros abogados como testigos.
- ¿lista? – pregunto cuando juntos nos paramos frente al juez con nuestros abogados junto a nosotros.
- Supongo – responde un tanto hostil, me vuelvo a verla, pero ella me ignora con la mirada fija en el juez.
Tomo su mano cuando la ceremonia inicia lo que hace que se vuelva a verme sorprendida a lo que yo le guiño un ojo lo que la hace fruncir el ceño. Le sonrio antes de besar su mano mientras el juez habla.
Acaricio su mano con el pulgar mientras pienso en lo que puede estar pensando sobre mi condición de los tres años, pero su respuesta me dolió más de lo que estoy dispuesto a admitir.
Quiero que ella este a mi lado porque así lo quiere, porque siente algo por mí, por nuestro matrimonio, no quiero que sienta que está obligada a estar conmigo. Es por eso quiero que nos divorciemos en tres años, es una salida para ella en caso de que no logre hacer que se enamore de mí.
- Micah Korolev – la voz del juez me saca de mis pensamientos – ¿acepta por esposa a la señorita Irisa Sinclair?
- Acepto – respondo sin dudar ni un segundo
- Irisa Sinclair – me vuelvo hacia ella que observa frente a ella perdida en sus pensamientos - ¿señorita? – veo que se estremece saliendo de sus pensamientos.
- Lo siento, ¿Qué decía?
- Irisa Sinclair, ¿acepta como esposo al señor Micah Korolev? – se vuelve a verme y la duda que brilla en sus ojos me rompe el corazón, pero es algo que debía esperarme ya que yo la he amado desde que la conocí, mientras que ella ama a otra persona.
- Acepto – responde dándome una pequeña sonrisa mientras el juez pone frente a nosotros un certificado.
- Los declaro marido y mujer – habla el juez mientras firmamos y luego los testigos. – puede besar a su esposa, señor Korolev – Irisa se vuelve quedando frente a mí.
- Mi esposa – susurro acercándome hasta que beso su frente.