IRISA SINCLAIR
Al salir del estudio respiro profundamente tratando de calmar los furiosos latidos de mi corazón al ser consciente de mi nueva realidad. Levanto la mirada encontrándome de frente con mis hermanos y cuñadas que me observan preocupados. Viorica es la primera en venir a mi sujetándome de los brazos sosteniéndome algo que le agradezco.
- ¿Qué pasa? – pregunta a lo que yo asiento con la cabeza.
- ¿Qué paso ahí adentro? – pregunta Owen viniendo hasta mi para tomarme en brazos.
- Acabo de casarme – hablo haciendo que mi hermano se tense.
- ¿Qué? – preguntan los demás
- Papá – escucho a Oliver mientras rodeo el cuello de mi hermano mayor y este me sujeta de forma protectora - ¿Qué está pasando?
- Ahora no – responde nuestro padre.
Se hace un silencio un poco tenso antes de que Owen empiece a caminar mientras yo escondo mi rostro en su pecho buscando un poco de la tranquilidad que solo mis hermanos pueden darme.
No sé cómo sentirme con respecto a lo que está sucediendo. Estoy casada con Micah Korolev, el único hombre después de Mayner Kepler que ha logrado hacer latir mi corazón.
Algo que Mayner sabía, sabía que si después había alguna oportunidad de volver a enamorarme ese hombre seria Micah y por eso se aseguró que fue un hecho. Pero creo que su plan fallo, porque mi ahora esposo dejo muy en claro que no siente nada por mí.
- Háblanos – dice mi hermano mayor mientras me recuesta sobre una superficie suave, me vuelvo a verlos dándome cuenta que estamos en mi habitación.
- Por los siguientes tres años, soy la esposa de Micah Korolev – hablo tratando de ocultar la pizca de tristeza que se cuela en mi voz.
- Ese, imbécil – dice Luck haciendo que me vuelva en su dirección lanzándole una mirada asesina.
- Luckyan Sinclair – el tono de advertencia de Verena hace sobresaltar a mi hermano - ¿olvidaste que ese “imbécil” es mi hermano?
- Lo siento nena – la reacción de mi hermano nos hace reír a todos.
- Cuéntanos – interviene nuestra muñequita sentándose a mi lado tomando mi mano - ¿Qué paso?
Empiezo a contarles lo sucedido en el estudio, el testamento de Mayner, el matrimonio y la condición de los tres años. mis hermanos y cuñadas me escuchan atentamente mientras apoyo mi cabeza en el regazo de Eris quien acaricia mi cabello mientras hablo.
Momentos como estos me hacen sentir muy afortunada porque cuento con el amor, cariño y apoyo de las seis personas que están conmigo en este momento. soy consciente que nosotros juntos somos más fuerte que nadie.
- ¿tres años? – pregunta Owen confundido – ¿Micah dijo que se divorciaran en tres años?
- Si – respondo mirándolo a los ojos – supongo que acepto el matrimonio como un favor resultado de nuestra amistad. - siento recta cuando los seis empiezan a reír a carcajadas lo que me hace fruncir el ceño. – ¿me perdí de algo?
- Lo siento – habla Verena dejando de reír – lo sentimos – veo que los demás asienten con la cabeza.
- ¿de qué me perdí? – pregunto de nuevo a lo que ella niega con la cabeza.
- Con él tiempo lo descubrirás – responde Owen justo cuando tocan la puerta y es Luck quien concede el acceso a quien sea que este del otro lado de esta dejando ver al ama de llaves de nuestros padres.
- Disculpen, señores – habla ella observándonos – sus padres los esperan en el salón interior.
- Gracias – decimos al unísono poniéndonos de pie.
Eris me abraza por los hombros con un brazo mientras que Viorica toma una de mis manos en lo que avanzamos por la casa hablando sobre el próximo desfile al cual iremos todos.
Cuando llegamos al salón me detengo de golpe viendo a mi ahora esposo de pie junto a la ventana con mi hija en sus brazos. Paso saliva caminando hasta sentarme junto a mis padres.
- ¿todo bien? – pregunta mamá a lo que yo asiento con la cabeza.
- Chicos – se pone de pie papá – supongo que Irisa ya los puso al tanto de lo sucedido esta mañana – todos asentimos con la cabeza – Irisa y Micah se casaron como una condición impuesta en el testamento de Mayner quien pido que fuese leído un año y un día después de su muerte.
- Lo sabemos – habla Owen mirando a Micah quien le susurra en ruso a mi hija.
- Sé que no es una decisión de ustedes y dicha decisión ya está tomada – retoma papá viendo a mis hermanos – pero como familia quiero saber si están de acuerdo con este matrimonio o será un dolor de cabeza constantes durante los próximos tres años.
- Lo estoy – habla de nuevo Owen volviendo se en dirección a su gemelo que asiente con la cabeza y luego a Luckyan que también asiente. – estamos de acuerdo.
- No puedo pensar o imaginar un mejor hombre para que este junto a ella – comenta Luckyan haciendo que Micah se vuelva verlo – eso sonó muy cursi – mi esposo sonríe burlón antes de volver su atención a mi hija.
- ¡por Dios! – Verena suelta un gritico de emoción – legalmente eres mi cuñada. - Todos empezamos a reír por su ocurrencia y emoción.
- Al menos durante los próximos tres años – respondo a lo que ella pone los ojos en blanco.
- Eso es algo que ya veremos – responde Owen riendo – tengo una pregunta – comenta divertido - ¿Cuándo tendremos una boda en condiciones en esta familia?
- ¿enserio? – pregunta Luckyan haciéndonos reír.
- Siempre nos queda la boda de Verena y Luckyan – hablo observando la rusa que sonríe negando con la cabeza – podemos reunir el presupuesto de los demás para su boda…
- No habrá limites el día que Verena decida casarse – habla Micah riendo al igual que los demás.
- En realidad, para ninguno hay límite – comenta papá haciéndonos reír, al hacerlo me doy cuenta que la tensión que antes había ha desaparecido.
Continuamos hablando por un rato en lo que bebemos té y café que el servicio nos trajo, hablamos de la empresa, la agenda de Verena durante el verano, nuestro regreso a la universidad y mientras lo hablamos recuerdo algo.
- Muñequita – la llamo haciendo que se vuelva a verme igual que los demás – en el desayuno nos ibas a decir algo. – veo que sonríe emocionada.
- ¿Qué opinan sobre tener nuestra pequeña ciudad?
- ¿Qué? – preguntamos riendo
- Piénsenlo – retoma muy emocionada – en unos años los cuatro – nos señala a mis hermanos y a mí – serán las cabezas principales del conglomerado y su residencia estará aquí, porque no vivir todos juntos.
- En algo te equivocas, muñequita – habla mamá sonriendo – no serán cuatro las cabezas del conglomerado, son los ocho – nos señala a todos sonriendo – en cuanto a tu idea, me parece muy buena – se gira hacia su esposo que asiente con la cabeza – amo tenerlos a todos en casa, pero siento que nos está quedando pequeña – estallamos en risa porque esta casa es inmensa.
- ¿Cómo una ciudad? – pregunta papá muy interesado
- Una pequeña ciudad – corrige sonriente la pelinegra – una casa para cada hijo, una más pequeña para invitados, la principal sería la de ustedes…
- Podemos poner un garaje común – habla Owen pensando
- Establos más grandes – agrega Oliver viendo a su esposa
- No es mala idea – hablo observando a mis padres – podemos hacer una pequeña ciudad a nuestro gusto.
- Un proyecto como este toma tiempo – dice papá observándonos,
- Oliver y Eris estarán en Bruselas hasta que ella termine la universidad – hablo señalándonos.
- Mi esposa y yo viviremos en nuestro ático en Central Park – habla Owen tomando la mano de Viorica – en lo que ella termina la universidad y yo me pongo al día en la empresa.
- Luck y yo tenemos nuestro acuerdo – interviene Verena observándolo – por lo que tenemos más o menos el mismo tiempo que Viorica y Eris. – todos asienten volviéndose en mi dirección.
- ¿Qué? – pregunto – yo retomo la universidad en otoño y cuando me gradué el acuerdo con Micah habrá terminado.
El salón queda en completo silencio mientras todos me observan, pero cuando estoy por preguntar qué pasa, el ama de llaves entra seguida por un hombre mayor que me resulta vagamente familiar.
- Dedushka (abuelo) – dice en ruso Verena poniéndose de pie yendo hasta él que la recibe con los brazos abiertos – ¿Qué haces aquí?
- También me da gusto verte, kukla – le responde sonriéndole mientras besa su frente – Malysh – habla hacia Micah que se acerca a ellos.
- Abuelo – responde mi ahora esposo girándose hacia nosotros. – quiero que conozcas a los Sinclair – señala a mis padres – los patriarcas, Selene y Amaris. Los gemelos Owen y Oliver – mis hermanos se ponen de pie yendo al hombre estrechando su mano – sus esposas, Viorica y Eris.
- Señor Korolev – saluda Viorica con un asentimiento de cabeza – Luckyan…
- Señor Korolev – mi hermano se pone de pie yendo a saludarlo.
- Muchacho – responde el hombre con familiaridad lo que me hace fruncir el ceño.
- Mi esposa – Micah sonríe girándose en mi dirección mientras extiende su mano libre y sin pensarlo la tomo poniéndome de pie yendo hasta ellos. – Irisa Sinclair…
- Korolev, querrás decir – habla el hombre observándome a los ojos y sus palabras me erizan la piel – Irisa Korolev.
- Lo hablamos luego – murmura Micah volviéndose a los demás – mi abuelo y patriarca de mi familia, Vasili Korolev.
- Es un placer conocerlos a todos – habla el señor Korolev – aunque creo que olvidaste a alguien – noto como baja la mirada al lugar donde su nieto sostiene a mi hija – que hermosa princesa.
- Mi hija, Mayn Kepler. – digo haciendo que se vuelva a su nieto que asiente con la cabeza.
- Pido disculpas de ante mano por aparecer de esta forma en su casa – se dirige directamente a nuestros padres – pero creo que debemos hablar.
- Por supuesto – responde mamá poniéndose en pie junto a papá – vayamos al jardín – señala el camino – Arabella, llévate a Mayn – ordena a la niñera que se acerca a mi esposo quien se la entrega.
- Hija, Micah – nos llama mi padre – vamos.
- ¿Qué les parece si vamos a comer? – pregunta Verena a su abuelo que asiente con la cabeza antes de besar su sien.
- Haz la reserva – dice haciendo sonreír a su nieta – no creo que tardemos.
Los cinco salimos al desayunador que hay en el jardín donde nos sentamos, Micah me toma de la mano bajo la mesa dándome un apretoncito, me vuelvo a verlo y él me regala una sonrisa.
- Supongo que saben por qué estoy aquí, señores – empieza Vasili observándome.
- Créame señor Korolev, que para nosotros es igual de impactante lo que está sucediendo – inquiere mi madre en tono firme. – no debe preocuparse ya que todos nos aseguramos de cuidar el patrimonio de nuestra familia y la suya.
- Confío plenamente en las capacidades de mi nieto – se vuelve a verlo – como este matrimonio tiene fecha de caducidad quiero saber cómo quieren manejar esta situación.
- ¿situación? – pregunto sintiéndome furiosa de repente. – espero que no se esté refiriendo con “situación” a nuestro matrimonio – respiro profundamente – puede que este matrimonio sea un acuerdo y tenga fecha de caducidad, pero exijo respeto como esposa de su nieto.
Sus ojos acerados me observan inexpresivos escrudiñando en los míos en busca de algo, pero no retrocedo porque me niego a permitir que le falten el respeto a mi matrimonio. No importa quién sea, mi apellido me respalda por lo que no soy una persona a la que se puede intimidar con facilidad.
- Pido disculpas, doch' (hija) – habla haciéndome fruncir el ceño. – solo quiero saber cómo van a manejarlo.
- Puede ser más específico – pido viendo a Micah que trata de reprimir una sonrisa.
- doch', Micah vive y trabaja en Moscú – asiento con la cabeza volviéndome hacia mis padres – tu hija y tu viven aquí en Nueva York – veo su punto - ¿anunciarán su matrimonio o lo mantendrán en silencio?
- Abuelo – advierte Micah.
- Malysh, solo quiero saber cómo será tu vida los próximos tres años – Vasili observa a su nieto.
- Entendemos su preocupación señor Korolev – interviene mi padre – pero es una decisión entre Micah e Irisa.