Relajo mis hombros, he intento relajar mi respiración cuando el Lexus de Rachel se estaciona frente a la alfombra roja vacía de aquella fiesta, había llegado tan tarde que hasta los periodistas, reporteros y paparazis estaban guardando sus cámaras y micrófonos.
—¿Estas lista? —me pregunto Rachel cuando me volví a untar el labial en mis labios.
—Si… Gracias por traerme, nos vemos luego.
—Espera, ¿quieres que venga por fi cuando termine la fiesta? —me pregunto Rachel mientras yo tenía la mano puesta en la palanca para abrir la puerta.
—Yo te llamo.
—Está bien. —murmure amarrando el antifaz con ayuda de Rachel.
Al bajarme del auto, y cerrar la puerta detrás de mí… Llame la atención de los reporteros quienes me empezaron a tomar fotos para mi sorpresa. Yo sabía qué hacer, ya que yo era la que estaba agachada en las galas bien escondidas diciéndole a Jayden donde ponerse para posar… así que esto fue pan comido para mí.
Al momento de entrar a aquella fiesta noto el ambiente elegante donde todo el mundo está en lo suyo, con vestidos elegantes, copas de vino o champaña en las manos, podía ver algunas caras conocidas al verlos en la televisión o seguirlos en las r************* .
—Vaya, reconocería mis piezas hasta debajo de las piedras… pero en ti se ve realmente hermoso —me comento una persona detrás de mí, al darme la vuelta para ver de quien se trataba me lleve la sorpresa de que Tamara Ralph, una hermosa mujer de 39 años de ojos grises, piel blanca, cabello rubio tinturado y de porte elegante, la diseñadora de mi vestido me estaba alagando.
—Muchísimas gracias, es un verdadero placer portar uno de sus hermosos diseños.
—El placer es mío, ¿podrías tomarte una foto conmigo por favor?
—¡Claro que sí! —Acepte. En ese momento cuando Michael Russo paso a saludarme de igual manera para después una persona tercera tomara aquella foto.
—¡Muchas gracias! ¡diviértete mucho! —me agradeció Michael.
—A ustedes.
En ese momento, un mesero se acerca y me ofrece una copa de vino o de Champaña, yo me decanto por la copa de champaña, lo primero que hago es catarlo… muevo la copa de lado a lado para después darle un pequeño traguito, sintiendo como las burbujas explotaban en mi boca, ¡es delicioso!
—¿Bailamos? —me pregunta una voz varonil a mi lado, cuando me doy vuelta para ver quién es… Es un hermoso chico de cabello castaño, ojos miel ocultos bajo la máscara, quien me ofrece su mano y yo gustosa la tomo para empezar a encaminarnos la pista de baile donde suena always on my mind de Elvis Presley mis manos se posan en sus grandes hombros mientras las suyas en mi cintura.
—Huele delicioso—continúa diciendo sobre mi cuello.
—Gracias…
La canción continua entre vueltas y algunas palabras… la canción termina.
—Gracias por haberme acompañado en esta hermosa pieza… soy Can Anderson.
—Un placer, Isla Palm.
—¿Eres modelo, actriz…? Tu apellido no se me hace conocido.
—No, no soy nadie.
Es en ese momento cuando mi vista se fija en quien sin duda es Jayden… en ese momento entro en pánico.
—Tengo que irme.
Sin esperar respuesta camino hasta la barra, donde se encuentra Jayden… y en ese momento fue como si mi boca se controlase sola.
—Quiero tener sexo contigo. —murmuro detrás de él, lo suficientemente alto para que me escuchase.
—¿Disculpa? —murmura dándose la vuelta con su vaso de Whisky escoses.
—¿A caso lo tengo que repetir? —me hago la valiente, aunque por dentro estuviese a punto de desmayarme.
—¡Uau! sí que eres arriesgada.
—¿Entonces?
—En ese caso —le da un trago a su bebida terminándola por completo—, tengo una reservación en el hotel de al lado.
—Perfecto.
En ese momento, Jayden dobla su brazo para que lo tome de gancho y juntos salimos de aquel lugar todavía con las máscaras puestas. El camino es corto, pero a mí se me hace eterno el hecho de presentir la locura que iba a hacer.
Al momento de entrar al hotel, rápidamente nos dirigimos al ascensor… La espera era realmente tortuosa, mientras todo en mí temblaba y sentía muchas cosas inexplicables, al momento en el que el ascensor llego al piso, salimos rápidamente de este y seguí a Jayden a una puerta la cual con una tarjeta abrió.
—¿Estás segura de esto? Una vez entres por esa puerta, te voy a follar hasta que tus piernas tiemblen y me ruegues que te deje descansar… —para ese momento Jayden se acerca a mí, lleva un mechón de mi cabello detrás de mi oreja y continua—, No solo te acordarás de mí por la maravillosa cogida que te daré, sino porque te dejaré marcas y hasta un poco de dolor para que no salga de tu mente.
—T-te tienes mucha confianza… —tartamudeo nerviosa sintiendo como todo dentro de mí arde a causa de sus palabras.
—Entra y descubrirás de lo que hablo.
Armándome de valor, me adentro a aquella habitación donde la luz es tenue… Jayden entra y cierra la puerta detrás de él, se posa detrás de mí y me quita el antifaz tirándolo al suelo. Él se pone frete a mí, escucho como su máscara también cae al suelo y unos minutos después siento su mano fría sobre mis mejillas. Mi piel se eriza y siento como mi corazón no para de latir como loco.
—Podemos parar si quieres.
—Continúa. —le ordeno.
Este lo hace, dirigiendo su mano a mi cabello y para mi sorpresa… empieza a tironear del cabello de forma posesiva, robándome un gemido de sorpresa. Sorpresivamente sus labios impactan sobre los míos, con deseo, tanto que con ese beso me empecé a excitar… sentía tantas cosas que jamás había sentido.
Para ese momento, mi cuerpo empezó a pedirme más y más… cuando sin darme cuenta empiezo a tocarlo… pero él se aleja dejándome estupefacta.
—Entonces... si eres tan valiente desnúdate, no dejes ni una sola prenda en tu cuerpo. —me ordena, aunque es más un desafío, este hombre me quería llevar al límite.
Si retrocedía ahora, no tendría otra oportunidad, así que cerré los ojos y empecé a desvestirme, sintiendo mi respiración pesada y como todo en mí temblaba, mi vestido cayo y en respuesta mi cuerpo se erizó cuando desabroche mi sostén.
Sin darme cuenta, me había quedado congelada…
—¿Ves como no eres tan valiente como lo aparentas? Dejemos esto para después, cuando te sientas lista.
Aun sus palabras, me bajo los panties y a medio camino Jayden acaricia mi pierna y tira de mis pantis hasta dejarme completamente desnuda.
Tenía mi cuerpo y alma desnuda, solo para él.
Para ese momento él estaba tan cerca de mí, que podía sentir su respiración, y eso resultaba extrañamente intimidante.
—Me gustan las chicas como tú, leones siempre alertas… hasta que llega alguien a domesticarlas… ¿O no gatita?
Tras escuchar aquellas palabras tragué fuertemente y de forma pesada mientras sentía como iba a estallar. En ese momento sus labios volvieron a tocar las mías, su aliento y su boca tenían un delicioso sabor a aquel Whisky. Él mordisqueaba mis labios para después sentir como su lengua degustaba mi cavidad bucal a su antojo.