Dylan O’ Conell. Me bebo el whisky de un solo trago cuando le doy la espalda. Lo hago, porque no sé qué mierda me sucede y algo me impulsa a beber hasta perder el sentido, aunque de eso no me queda mucho, al parecer. Siento sus pasos alejarse y aguanto las ganas de voltearme para verla una vez más. Sin embargo, vierto dos dedos de la bien añejada bebida, zafo el primer botón de mi camisa, que ya comenzaba a sofocarme y me siento en el sofá, para tratar de descifrar mis propios pensamientos. Por más que intento no mirar, es imposible. El vestido, casi inexistente sobre su cuerpo, llama mi atención como ese halo blanco que me atrae. Me digo que es eso, el brillo suave de la tela llevando mis ojos al cuerpo de Alessandra, como si fuera una jodida hechicera. Me acomodo, porque me siento rel