Cuando llegaron a la habitación de Asiel, Rita miró todo a su alrededor detenidamente, le llamó la atención que la habitación del joven amo de aquella mansión fuera tan sencilla. _ Al ser un mercader creí que tendrías toda clase de cosas raras y caras en tu habitación, pero es bastante sencilla. _ Perdón por tener un gusto tan simple. _ Es que a mi me encantan las cosas brillantes y caras, aunque las joyas son mi perdición, he gastado casi todo mi dinero en joyas. Rita era una guerrera Kiniry y aunque debía llevar ropas sencillas para pasar desapercibida, ella siempre llevaba muchas joyas obteniendo el efecto contrario. _ Ya me he dado cuenta de ello, por suerte para ti, soy un hombre muy rico. Rita abrazo a Asiel y le dijo. _ Sin duda alguna elegí un buen compañero. Asiel se encon