Rita estaba junto a la cama de Asiel, ella sostenía su mano y le suplicaba que abriera los ojos, el padre Daniel puso una mano en el hombro de Rita y le dijo. _ Necesito curarle, debes salir. _ No me iré a ninguna parte, me quedaré a su lado hasta que despierte. _ Tu no sabes nada de cuidar enfermos, no digas tonterías, sal y cuando termine te llamaré. Daniel tomó a Rita por los hombros y le dijo. _ Vamos Rita, dejemos a mi papá tranquilo un momento. Rita apretó sus manos en un puño, ella se sentía impotente, no podía hacer nada para ayudar a Asiel más que esperar a que despertara. Daniel la sacó de la habitación, pero Rita se quedó en el pasillo esperando a que despertara, ella se negaba a irse más lejos. Rita se veía asustada, Daniel nunca la había visto de esa manera, para él