Los sollozos de Camila se detuvieron de golpe, y sus ojos se llenaron de rabia.
—Harvey, mis sentimientos por ti son sinceros.
La sola idea de que estuviera maquinando algo hizo que Harvey sintiera una oleada de repulsión.
—¿Y de qué sirven tus “sentimientos sinceros”?
Sacó una tarjeta bancaria y la arrojó sobre la mesa con expresión fría.
—En esta tarjeta hay 300,000 dólares, toma el dinero y hazte un aborto, de lo contrario, haré que mis guardaespaldas te lleven al hospital a la fuerza, ya tu sabes cuál es tu mejor opción.
Camila dudó un momento antes de tomar la tarjeta con manos temblorosas y salir corriendo del restaurante, llorando.
Harvey llamó a sus guardaespaldas para asegurarse de que la siguieran hasta el hospital y luego colgó con frustración, al ver la foto de Danica en
