De vuelta en el salón del restaurante, había pasado media hora, y Danica aún no había regresado, por ello el ceño de Salvatore se frunció más. —Spencer, llama a Danica. Bill intervino rápidamente. —Señor Sumner, no hay necesidad de preocuparse, Zoe está con ella, así que no pasará nada. Salvatore frunció los labios, permaneciendo en silencio, claramente de mal humor. Bill se apresuró a servirle otra copa, sin mostrar demasiada preocupación, después de todo, Danica era solo una empleada común, incluso si Salvatore descubría la verdad más tarde, no haría un escándalo por una mujer. Spencer llamó a Danica, y el teléfono empezó a sonar dentro del salón pues ella no se lo había llevado cuando fue al baño. Al ver la expresión de disgusto en los rostros de Salvatore y Spencer, Bill se apre