Mamá que estaba atenta del reloj me grita al verme salir —¡Faltan veinte minutos! —¡Carter llévalos a todos! —dice papá y cruza como una bala. Frente a mí ya no corre un hombre, corre el majestuoso alfa de Green Cold, que vuelve la mirada una sola vez para ver a mamá. Yo continuo a pie, y mis hermanos me alcanzan con rapidez. Sel, una loba blanca, Asher un lobo café y Alex, uno de pelaje rojizo, salen tras papá. Carter se queda conmigo e iguala mi ritmo aparentemente humano. —Démonos prisa, Vani —me dice. —Eso trato —respondo entre jadeos, pues corro tanto como mis piernas me lo permiten. Necesitare mi boca para hablar con Vikram, puesto que debe escucharme de viva voz, verme a los ojos a mí y no a una loba a la que no entienda. Luego de un par de minutos de correr sin parar, Car y y