11 años de edad
—Cam, mama dice que bajes a cenar— Deje de acomodar mis libros en el estante en orden alfabético para mirar a la bastarda de mi padre. La ignoré, se adentro a mi recamara con su tonto oso de peluche y miro mi colección de autos. Los quiso tocar pero la detuve a tiempo antes que los desacomodara, eran edición especial y no quería que los tocara—¿Podemos jugar?
—Piérdete—Su actitud me fastidiaba, sentía que la mocosa me acosaba tan solo para que jugara con ella.
—¿P-por que eres tan cruel conmigo?¿te lastime o te dañe un juguete? , si lo hice, lo lamento— Apreté el agarre de mi mano en su brazo lastimándola. Sus ojos se cristalizaron y empezó a derramar lágrimas. Su tristeza y dolor me provocaban placer, la solté y lleve mi mano a una de sus mejillas sonrojadas por el ll
