VODKA

1114 Palabras
Conduzco hasta el club propiedad de mi familia y uno de los más exclusivos de Madrid. Al llegar aparco el auto para entregarle las lleves al valet para que lo estacione. Antes de entrar espero a que Gabriel llegue y haga lo mismo que yo con la camioneta. Cuando llega hasta donde estoy veo que observa a nuestro alrededor frunciendo el ceño. -          Vas a arrugarte – digo mientras caminamos a la entrada donde el vigilante los deja pasar sin decir nada - ¿algo que te preocupe? -          No trajo mucha seguridad – dice al tiempo que me entregan mi trago favorito mientras camino a la zona vip. -          No creo que haya alguien tan tonto como atacarme aquí – respondo sentándome en la mesa reservada para los Rivera. – siéntate, quiero hablar contigo. -          Kat – dice mi mejor amiga Andrea quien se encarga del Club – creí que estabas en Brasil. -          Tendré que golpear a mi hermano por chismoso – inquiero divertida mientras me pongo de pie para abrazarla. Andrea es la prometida de mi hermano Santiago – quiero presentarte a mi nuevo “escolta” – hago comillas con los dedos a lo que ella estalla en una sonora carcajada – Gabriel, ella es Andrea mi mejor a amiga. - Pero que guapo eres – dice ella y yo no puedo estar más de acuerdo. Ese hombre es precioso. - Que mi hermano no te escuche diciendo eso – comento divertida a lo que ella se encoje de hombros importándole una mierda. - Un gusto en conocerla, señorita – dice de forma profesional y yo ruedo los ojos. - porque no das un recorrido para que te asegures que el lugar es seguro – digo a lo que él asiente para luego alejarse sin perderme de vista. - Pero que hombre – dice ella abanicándose con una mano mientras sonríe traviesa. - no es para tanto – miento y ella lo sabe. - no sabía que la muerte fuera una mentirosa – dice llamando a una de las meseras - ¿te gusta? - me encanta, pero ya viste es un profesional y… - tus hermanos jamás lo permitirían – responde mientras observamos hacia la pista donde lo vemos observándonos. Sus hermosos ojos negros como la noche me observan directamente ignorando por completo las personas que bailan a su alrededor. Su mirada sobre mi hace que la piel se erice, pero sin importar que Andrea este hablándome, soy incapaz de apartar la mirada. - No debes fijarte él – escucho a mi cuñada hablar lo que me hace desviar la mirada. - Crees que no lo sé – inquieto observándola – y no pienso hacerlo, solo que él es fascinante. - En eso estoy de acuerdo contigo – responde poniéndose de pie mientras le hago señas a Gabriel para que venga. - Te dejo con el demonio – dice divertida para luego irse. Continúo bebiéndome mi trago mientras lo sigo con la mirada hasta que esta frente a mí. - Siéntate – pido son apartar los ojos de los suyos. Cuando lo hace llamo a una de las meseras para que me traiga otra copa y una a él. - ¿qué deseas tomar? - Agua con gas – enarco una ceja observándolo – no suelo beber mientras hago mi trabajo. - Interesante – digo observándolo – un vodka con redbull y agua con gas – pido sin apartar la mirada. - En unas horas nos iremos de viaje – digo observándolo. - ¿Puedo saber a dónde? – pregunta y yo enarco una ceja. - Ten presente que trabajas para mí, si yo te digo que saltes de un puente tu solo debes preguntarme que tan alto debe ser – digo endureciendo la mirada – que sea la menor y única mujer Rivera, no quiere decir que no tenga la misma autoridad de mi padre y hermanos. ¿Entendido? - Entendido señorita – dice, aunque en sus ojos veo que no le gustaron mis palabras, pero es algo que hice más para mí. Necesito mantenerlo a distancia. Lo veo ponerse de pie para pararse en un rincón donde se queda observándome. Su actitud me molesta, por lo que me dedico a beberme media botella de vodka para luego ponerme de pie y salir de allí. Al llegar a la salida veo que ya tiene los autos listos. Camino hasta el Tesla y cuando estoy por subirme Gabriel me detiene. - No creo que esté en condiciones para conducir – dice y yo río sarcástica. - Hazte a un lado – digo molesta abriendo la puerta para subirme, instantes después conduzco a toda velocidad algo que me encanta. Amo mi vida, toda en ella sin importar el mundo en el que nacimos. Mi niñez fue fantástica, siempre bajo el ala protectora de mis hermanos. Para mi padre siempre fuimos lo más valioso por lo que se encargó de entrenarnos para que pudiéramos enfrentar cualquier situación. Pero mi etapa favorita fue cuando mis hermanos me enseñaron a conducir. Por lo que soy la mejor haciéndolo y con unos tragos encima lo hago muchísimo mejor. Al llegar a la mansión estación en la entrada justo al tiempo que Jorge aparece junto a mí. - Recuerda que partimos en unas horas – digo basándome del auto justo cuando llega Gabriel. - Que descanse señorita – dice Jorge mientras camino hacia la entrada sintiendo la intensa mirada de Gabriel en mi espalda. - Creo que cometí un error – susurro caminado hacia mi habitación.   Gabriel…   La observo entrar a la mansión furioso por la actitud de la niñita. Debo encontrar la forma de mantenerla controlada y ganarme su confianza que por ella es que llegaré al resto de su familia. - Debes acostumbrarte a conducir más rápido – dice Jorge mientras camina al hermoso Tesla – la señorita Rivera es la mejor de los seis al volante. - Bebió media botella de Vodka- digo caminando junto a él. - Se vuelve aún mejor – responde sin más entrando al Tesla y yo a la camioneta. Una vez dejamos los autos en el enorme garaje, vamos a la casa de empleados viendo algunos hombres vigilantes. Por lo que supongo será muy difícil atraparlos aquí y ni pensar en otro lugar por lo que he visto este es el único lugar en el que están todos reunidos. Decido darme una ducha para tratar de despejar mi mente ya que debo trazar un plan para lograr atrapar a los Rivera en el menor tiempo posible. Mientras me ducho algo viene a mi mente lo que dijo la chica del club. Katrina estuvo en Brasil.
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