Tenía que pensar pronto en algo y quedarme con Borson y Bechamms no me ayudaría en nada, menos, cuando ese infeliz quería chantajearme usando a todo su séquito, así que busqué a mi musa matinal. Abbie me facilitó la información de Dayana y Karol y a su vez la del imbécil que quiere acabar conmigo, así que salí de la mansión encargándome de algunas diligencias y después fui a casa de Karol, quien estaba sorprendida al encontrarme antes de la hora pactada. —Oz, pudiste avisarme que vendrías antes para tener todo preparado —se acercó dejando un beso en mi mejilla. —No te preocupes, depende de lo que respondas veremos si todavía quieres compartir el almuerzo —contesté con total seriedad a lo que ella me indica que prosiga. —¿Me llamaste para convencerme del chantaje de tu esposo por lo ocurr