27 de octubre – 3 a.m. Ragnar Desperté a mi hora habitual sintiendo una enorme calidez en mi cuerpo, los recuerdos vienen al sentir su aroma y una sonrisa se dibuja al verlo junto a mí, pues esta vez no estaba soñando como tantas veces me ocurrió a lo largo de estos meses. Sentí una abrumadora sensación en mi cuerpo cuando su brazo me atrajo más a su pecho y lentamente abrí los botones de su camisa, introduje mi mano repasando su ejercitado tórax, las líneas definidas por el ejercicio y las cicatrices que lo adornaban por mi culpa, entonces acomodé mi rostro en su pecho escuchando sus suaves latidos, era el ritmo perfecto, era él de nuevo conmigo. —¿Late bien? —murmuró a ronca voz generándome un escalofrío fascinante. —Late excelente. Toma mi mentón y levanta mi rostro apreciándonos c