Dos días después de la explosión el príncipe Dominic dejó el reino de Gouta, los embajadores tendrían un largo trabajo por delante limando las asperezas entre ambos territorios y los habitantes del reino temían por una guerra en su futuro. Ese mismo día Lucas subió a Liluina al tren, un día atrás hizo todos los arreglos para un vagón médico con una gran cama y todo lo necesario para que Liluina pudiera viajar sin contratiempos, ambos miraron por la ventana – ¿crees que él se detenga de nuevo? – Creo, que sabemos nada sobre ese bastardo. El tren avanzó y Liluina se recargó sobre los cojines, su pierna inmovilizada o el hecho de que fueron víctimas de un atentado que podría terminar en una guerra, todo se había acumulado sobre sus hombros y abrazó a Lucas todo el viaje, no quería soltarlo

