La puerta de la habitación permaneció cerrada, afuera Lucas estaba sentado y era Luis quien aplicaba medicamento en sus heridas mientras esperaban. El ruido que venía desde dentro de la habitación no era una buena señal y en diversas ocasiones Lucas se encontró tirando de su cabello, si la explosión hubiera sido en otro momento o si él no la hubiera invitado a bailar y se hubieran quedado en la mesa, ella no estaría gritando. La puerta se abrió, la doctora Marisol fue cuidadosa al limpiarse la sangre de las manos y quitarse el mandil para que nadie más lo viera – se encuentra mejor, puedes pasar a verla. Lucas se levantó de prisa y corrió a la habitación para mirar a Liluina recostada sobre la cama, su pierna estaba cubierta, al ver las vendas con sangre sobre una de las mesas se agachó

